Hoy se celebra el Día de los Trastornos del Espectro Autista, tema de enorme relevancia social, especialmente en los últimos años en
donde la tasa de aparición de los mismos pasó de 1-2 entre 1.000 personas, en la década de los 90, a 1 entre 160, en 2019, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las modificaciones de nuestra vida cotidiana, particularmente para los más pequeños, son un cambio radical en su vida  y -  en ocasiones - generan altos niveles de ansiedad y conductas que alteran la convivencia en la familia.  

Como forma de evitar estas situaciones, compartimos algunas recomendaciones para llevar adelante con niños con TEA, que colaborarán para que este período sea más saludable:

Explicarles la situación de la forma más concreta posible (preferentemente con imágenes). Contarles por qué deben quedarse por un tiempo en la casa.

Crear una nueva rutina dentro del hogar. Tener en cuenta sus gustos y preferencias y así armar, junto a ellos, un calendario con las actividades. El mismo debe estar visible para todos los miembros de la familia. Intentar que las actividades sean variadas, sin que sean agobiantes, tanto para ellos como para el resto.
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nvolucrarse con ellos con entusiasmo y alegría. Pueden compartir, dibujar, mirar una película, jugar, elaborar una comida fácil, hacer manualidades, plantar, etc.

El ejercicio físico es fundamental ya que ellos, sobre todo, tienen necesidad de moverse. Se recomienda crear un espacio para realizar estas actividades físicas. 

Evitar el aburrimiento, ya que es una de las causas que pueden provocar conductas no deseadas.

La Clínica de Psiquiatría Pediátrica de  la Udelar, ha elaborado un material ayuda para familiares de niños con TEA:

https://www.youtube.com/watch?v=B-YuqKAnG9A&feature=youtu.be

Se define a los Trastornos del Espectro Autista (TEA) como un déficit persistente en la habilidad para iniciar y sostener una interacción social recíproca, y una comunicación social, con un rango de intereses restringidos, repetitivos y patrones de conducta estereotipados. Para su diagnóstico deben detectarse fallas sociocomunicativas y presencia de intereses restringidos y conductas repetitivas.

Se menciona la idea de ‘espectro’ porque hay una enorme variabilidad en los casos, según lo que los niños muestren: mayor o menor aislamiento social; mayor o menor cantidad de intereses restringidos y conductas repetitivas; presencia o no de hiperactividad; presencia o ausencia del lenguaje; presencia o ausencia de discapacidad intelectual y diferencias en el procesamiento de la información sensorial.