Jueves, 11 de diciembre
Locales

Proponen la Economía Circular para combatir el cambio climático

Uruguay + Circular

El cambio climático es considerado como uno de los mayores desafíos globales del siglo XXI y  cada vez se hace  más urgente la implementación de un modelo circular donde se optimice el flujo de materiales, de energía y de residuos con el uso eficiente de los recursos. 

Desde el propio Ministerio de Medio Ambiente se promueve un cambio de paradigma en nuestra concepción y vínculo con los residuos, desde una mirada de economía circular, participación y responsabilidad compartida. 

Uruguay + Circular una propuesta que nos invita a concebir los residuos como recursos, identificar la oportunidad de transformarlos, apostar a su revalorización y, buscar como primer paso, minimizar su existencia. Una circularidad que también nos interpela y nos invita a repensar nuestros hábitos de consumo, nuestras prácticas y la responsabilidad que nos toca en cada caso. Pero sobre todo nos invita a la acción, a ser parte del cambio cultural.

La economía circular emplea los residuos como materia prima, reduciendo así los desechos generados y minimizando el impacto ambiental. En este sentido, el uso de tecnologías innovadoras y exitosas en el manejo de la basura representa un paso importante en la mitigación al cambio climático, en especial si está enmarcada dentro una estrategia de economía circular que permita considerar y valorizar el residuo como un recurso.
Sabemos que bajo el paraguas de la economía circular hay múltiples y diversas  experiencias y proyectos exitosos en nuestro país, asociados al área de residuos, desarrollados por instituciones, organizaciones, empresas y/o iniciativas personales, con quienes desde el MA ya venimos trabajando en conjunto, generando espacios de intercambio y haciendo sinergia.

Experiencias inspiradoras de este Uruguay + Circular

Desde el Ministerio de Medio Ambiente son concientes que necesitamos cambiar de paradigma: de una economía lineal a una economía circular, con procesos productivos eficientes que minimicen las pérdidas; con diseños innovadores que disminuyan la generación de residuos y cadenas productivas que viabilicen su valorización. Más infraestructura, nuevos modelos de negocios, mercados de materiales reciclados, inclusión social y formalización de trabajadores. Ese es el camino que estamos trazando. 

En una economía circular, los residuos son recursos en la medida en que se incorporan en nuevos procesos productivos, reemplazando materia prima virgen o transformándose en productos elaborados a partir de materiales reciclados. 

¿Qué experiencias circulares están siendo desarrolladas en el país? 
En Uruguay la transición a una economía circular en el sector residuos ya empezó, hay varias iniciativas siendo implementadas con distintas corrientes de residuos, que materializan la economía circular. 

Algunas de ellas son: 

Neumáticos: Hay 2 planes de gestión de neumáticos y cámaras fuera de uso en funcionamiento, Reciclo NFU y GENEU, que están valorización más del 60% de los NFU generados. El destino principal de estos materiales es la valorización energética. Además, se fabrica granulado y polvo de caucho que puede ser utilizado como una materia prima secundaria para incorporar en canchas, mezclas asfálticas y pisos de seguridad.
Envases de agroquímicos: Contamos con un plan denominado Campo Limpio que alcanza a recuperar cerca de 40% de estos materiales, que ingresan al canal de reciclado en función de los tipos de materiales. Reglamentada en el año 2013.
Baterías: Los planes maestros existentes logran recuperar más del 84% de baterías de plomo ácido que se generan, las cuales tienen como destino la valorización fuera del país. Los planes se iniciaron en 2003 cuando fue reglamentada la gestión de baterías, decreto que está siendo actualizado para la inclusión de la movilidad eléctrica. 
Bolsas: A partir de la reglamentación de la Ley de Bolsas Plásticas (Ley Nº19.655), se ha logrado reducir entre el 65 y el 85% el consumo de bolsas en grandes superficies, un 70% a nivel promedio. Esto indica que la población se suma activamente a las propuestas de reducción de residuos.
Compostaje de residuos industriales: Existen plantas de compostaje de residuos de origen agro-industrial que han surgido en respuesta a la demanda del producto y a la normativa que entró en vigencia en 2013, reglamentando la gestión integral de los residuos sólidos industriales y asimilados (Decreto 182/013). El compostaje es una tecnología mediante la cual, a través de un proceso de biodegradación controlado, los residuos se transforman en enmiendas orgánicas, dando lugar a compost, un producto de valor, rico en materia orgánica humificada, estable y sanitizado, que se aplica al suelo para mejorar sus características físico químicas, y potencia su sostenibilidad productiva.
Producción de compost y fertilizantes orgánicos a partir de residuos agroindustriales en Canelones y en Montevideo (BioTerra / VitaTerra).
Planta de tratamiento de residuos orgánicos de la Intendencia de Montevideo (Tresor).
El horizonte de la circularidad que marca la Ley de Gestión Integral de Residuos y el Plan de Nacional que la materializará 
Uruguay aprobó en 2019 la Ley de Gestión Integral de Residuos (Nº 19.829), una ley que marca un hito en la normativa nacional, ya que establece los cimientos de la planificación y la política de gestión de residuos a nivel nacional y departamental; y pretende un salto  cualitativo, impulsando una gestión sólida, resiliente, inclusiva y moderna.

Esta ley tiene por objeto la protección del ambiente y la promoción de un modelo de desarrollo sostenible, mediante la prevención y reducción de los impactos negativos de la generación, el manejo y todas las etapas de gestión de los residuos y el reconocimiento de sus posibilidades de generar valor y empleo de calidad.

Es bajo este marco que en 2021, desde el MA se empezó a trabajar en la elaboración del Plan Nacional de Gestión de Residuos (PNGR), previsto en el Art. 14 de la Ley Nº 19.829. El PNGR es una herramienta de planificación estratégica que aterrizará estos conceptos y propondrá objetivos, metas y líneas de acción con un alcance de diez años. El plan tiene un abordaje integral de la problemática de la gestión de residuos, incorporando aspectos ambientales, económicos y sociales.

Si bien su proceso de elaboración es liderado por el MA, cuenta con una amplia y diversa participación de instituciones, organizaciones, academia, gremiales y cámaras. De acuerdo a las etapas planteadas se espera cerrar un documento con la propuesta a fines del 2021.

Rochaaldìa.

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