Eduardo Cáceres partió de Rocha el 6 de enero con un claro destino, recorrer en su bicicleta la sorprendente Carretera Austral, ubicada en Chile.

“La bicicleta permite otro contacto con la gente. A la velocidad de la bicicleta pasas por unpueblito y puedes mirar a la gente a los ojos, sonreírle”, dice sobre su aventura y recalca lo valioso de poder trasladarse a sí mismo en su bici, “La peregrina”. Su compañera de viaje
que le ha permitido cruzar hacia Argentina, para recorrer los empinados caminos andinos o apreciar los lagos de ensueño por la Patagonia chilena.

Ese “espíritu viajero” con el que se autodefine y es parte de él, le permitió comenzar a cranear junto a un amigo un singular viaje. Poco a poco se entusiasmaron y lo consideraron ¿por qué no? El amigo se bajo, pero la incipiente idea de subirse a la bici continuaba firme.

La ruta había sufrido una leve alteración, no sería el norte argentino el destino, sino la Carretera Austral. Planificó hasta el último detalle, cargó la carpa, alforjas, sobres de dormir y toda la parafernalia necesaria en la bici para la expedición, sin embargo, nadie prevé una
pandemia.

En tiempos que la libertad se encuentra tan limitada, se ríe al pasar por un peaje sin pagar, y lo graba para el canal de youtube, claro. Despliega todos sus elementos sobre el césped, arma la carpa y pasa la noche entre una isla de árboles. Para luego continuar temprano por la mañana pedaleando. Ya van más de diez meses de su salida. Hoy, prefiere ir despacio, la bici se lo posibilita. Tras siete meses de espera, transitando el gélido invierno patagonico, volverá a reenganchar su periplo junto a “La peregrina”.

Nace una nueva aventura
“Con el correr de los años empecé a tomarme la vida de otra manera. El año pasado fuimos a Ecuador con Agustín, mi hijo, anduvimos haciendo trekking y subiendo volcanes”. Siempre con el fin de viajar, sin distinciones, “viajar de mochila, parar en hostels, conocer viajeros,
gente que se mueve. La idea del viaje es porque el espíritu mío es aventurero”.

Su amor por viajar se los atribuye al Camino de Santiago, se remonta al año 2016 cuando realizó el camino medieval, durante 32 días caminó bajo el abrumador calor europeo. Lo recuerda como un viaje asombroso que le transformó la cabeza. “A partir de ahí, la idea de
viajar se me afianzó bastante, estaba llegando a los 50 años y no quería dejar en el tintero esas cosas. En el Camino de Santiago, había visto muchos cicloviajeros, peregrinos que hacían el camino en bicicleta. Me despertó un poco de curiosidad”.

Cambio de planes
Sin boleto de embarcación, sin horarios, sin apuro, comenzó a planificar el ansiado viaje.“Un amigo por razones personales no pudo hacerlo, pero yo seguí entusiasmado”. Si bien el viaje nunca estuvo en duda, si varió el rumbo del mismo. “Mirando videos de cicloviajeros muchísimos viajando solos, empecé a meterme en ese mundo. Mi amigo me tiró la idea Argentina, la Patagonia, el sur de Chile, y ahí surgió la Carretera Austral”.

- ¿Por qué en bici?
- La bicicleta permite otro contacto con la gente. A la velocidad de la bicicleta pasas por un pueblito, por donde sea y puedes mirar a la gente a los ojos, sonreírle. Disfrutar de la naturaleza que es lo que me gusta. Despiertas otra atención, curiosidad. La gente te hace
preguntas. Aparte de eso, llevarte a ti mismo, con tu físico, con tu cuerpo hacia otro lugar, transportarte. Desde mi perspectiva es maravilloso, increíble. Entre otras cosas, tomarme la vida con más calma. Quizá a mi edad voy por ese camino, eso la bicicleta te lo permite. Era un sueño, empecé a soñar con viajar en bicicleta, con ser cicloviajero y los sueños en la vida hay que cumplirlos.

- ¿Cómo fue la decisión de dejar tu trabajo?
- La decisión de dejar el trabajo en lo personal no fue nada complicado, no me generó ningún tipo de problema porque a lo largo de la vida he dejado otros trabajos. Eso me ha permitido no encadenarme. Siempre que cierras una puerta, otra se te va a abrir, todo es
cíclico. No lo vi como nada traumático. El miedo es lo que te puede paralizar en esas circunstancias, el miedo se va perdiendo de determinada manera y enfoques de ver la vida. No puede existir, nosotros no nacemos con miedo, es algo que se nos impone, se nos va
imponiendo a lo largo de la vida. Me puse una fecha, voy a trabajar hasta tal fecha y seis días después salí a pedalear.

-¿Cómo diseñaste el plan de viaje?
- Salí con un destino puntual, la Carretera Austral. Desde el principio sabía que quería hacer la Carretera Austral. Fui cumpliendo objetivos diferentes. El primero, fue llegar a la frontera con Argentina. Después, me propuse llegar a Bahía Blanca, crucé Argentina de este a oeste
y el objetivo era Villa La Angostura. Luego, el objetivo ya era Puerto Montt para empezar la Carretera Austral. Es una forma elegida de viajar que te permite ir logrando objetivos poco a poco, concretandolos. Poniéndote objetivos de tantos kilómetros, de tantos días, más o
menos vas viendo tu itinerario, tu hoja de ruta. Estuve un año preparándome para realizar el sueño de viajar en bicicleta.

-¿En qué lugares te has quedado?
- Me he quedado en diferentes lugares. Estación de bomberos, casas de familias, escuelas, campings, hostels, camping libre, al costado de la ruta, básicamente esos lugares. Actualmente estoy en la Carretera Austral que era a donde venía, empecé la Carretera
Austral el 5 de marzo. A mediados de marzo ya se complicó con el covid-19. Me sorprendió esta situación que no esperaba. Viajar de esta forma te sorprende, tienes que estar preparado, mentalmente y espiritualmente para la incertidumbre, encontrarte con lo que te toque.

-¿En qué situación te encontró la pandemia?

- Me tocó la pandemia en medio de la Carretera Austral norte, en la región de Aysén, comuna de Lago Verde, sur de Chile. Tuve que frenar mi viaje, hace siete meses que estoy en el refugio Río Cisnes, estoy haciendo voluntariado. Eran ocho viajeros más que también habían quedado acá en la zona. Estuvimos juntos, compartiendo y conociendo viajeros de Holanda, Francia, Canadá, Estados Unidos. Se fueron hace dos o tres meses, se tomaron un avión y fueron a sus países. Yo me quedé porque quiero completar la Carretera Austral.
Me banque el invierno, estuve todo el invierno acá. Entre la nieve, escarcha y el aguanieve. Pero, en un buen lugar, no me podía haber tocado otro lugar mejor para esta circunstancia que me tocó vivir en este viaje.

-¿Hacia dónde continuas con la travesía?

- Me dirijo hacia el sur, para completar la Carretera Austral, hasta Villa O'higgins. Si todo se da, pienso cruzar Argentina y seguir al sur. Tengo el propósito de llegar a Ushuaia, Argentina. La ciudad más austral del planeta. El fin del mundo le dicen. Uno no sabe lo que
te puede pasar en este tipo de aventura, yo no me imagine lo que estoy viviendo. La semana que viene ya sigo pedaleando hacia el sur, ya el clima ayuda. Si bien no se instala del todo la primavera en estas latitudes, pero hay días que son soleados, otros días de lluvia. La noche está un poco fresca, pero está más estable ahora el clima.

-¿Cuando pegas la vuelta?

- Como te puedes imaginar, no puedo darte una fecha de retorno. Pensaba estar en mayo o junio en Uruguay y mira donde estoy. Todo es imprevisto, impredecible en este tipo de viaje. Llegar a Ushuaia va a ser algo inolvidable, increíble para mi. Ahí ya vuelvo hacia el norte,
con la idea de volver a Uruguay. No manejo tiempos, voy en el viaje improvisando lo que toque en el día. Esto no estaba planificado, pero ahí está lo jugoso de este tipo de aventuras.

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