Se terminó el recreo. Cinco mil jóvenes participaron del evento de carnaval en La Pedrera
.Se registraron unas 12 detenciones por delitos menores.
Se puede decir que el objetivo está cumplido. Carnaval en La Pedrera vuelve al clima de sus primeros días.
Según la dirección de turismo de Rocha, "fresco, multitudinario y colorido" son los tres adjetivos que más definen al Carnaval de la Pedrera, un evento espontáneo que supo reunir más de 20 mil personas en la principal avenida del balneario.
Sin embargo, esta descripción dista de la opinión de los residentes permanentes del balneario.
En octubre del 2017,a través del vídeo "La Pedrera no quiere más este carnaval", vecinos del expresaban su descontento con el evento al que calificaron de "violento, sucio y decadente".
La campaña buscaba generar conciencia en la población, así como instar a la Intendencia de Rocha a que suspenda el evento.
Desde el año 2012 ,se realiza un operativo previo a este evento con la finalidad de celebrar en un marco de convivencia. Con hincapié en el combate a los hechos violentos que se suscitaban .Para llevar adelante esta tarea ,más de 300 personas participan cada año del dispositivo de seguridad, salubridad y servicios que el Comité Departamental de Emergencias implementa.
El costo del operativo de contención de la fiesta se estima que supera los 2 millones de pesos,según los datos que fueron aportados desde el CECOED en el año 2019 a Rochaaldía.
En este 2020 , con un operativo de similares características ,sin pomo ni clima tropical cerca de cinco mil jóvenes tuvieron su noche de "jolgorio"en la principal de La Pedrera.
LA HISTORIA
Cuando su primera edición reunió a unas 200 personas allá por 1999, nadie imaginó que el Carnaval de La Pedrera sería, algunos años después, uno de los eventos más multitudinarios del verano uruguayo y un atractivo turístico fuera de fronteras. ¿Cómo pasó de ser una fiesta vecinal, organizada por el Club Social del Balneario, a congregar más de 20.000 personas en 2015?
El encanto del lugar y de su gente, lo espontáneo del evento y la participación de todo el balneario explica en gran parte el éxito de esta fiesta popular única en el país. Es cierto que el crecimiento desmedido del Carnaval de La Pedrera generó polémicas y discusiones, pero lo que ha pervivido es la capacidad de la comunidad de vecinos de La Pedrera para generar tradiciones que, lejos de extinguirse, se afianzan año a año. Y en eso nos centraremos en esta nota sobre el surgimiento y la historia del Carnaval más famoso del este.
Los primeros carnavales
Cuentan los vecinos que en La Pedrera, al igual que en todo el Uruguay, el Carnaval siempre se festejó. Las primeras construcciones en el balneario comenzaron a florecer apenas entrado el 900 y solo 50 años después ya hay anécdotas y recuerdos de los primeros vecinos que llegaban disfrazados el lunes de Carnaval a la calle principal.
Fue justamente en la segunda mitad del siglo XX que La Pedrera como balneario comenzó a tomar cada vez más forma, se fraccionaron los terrenos y empezaron a llegar visitantes que hicieron de la pequeña localidad su lugar en el mundo.
Desde 1950 hasta comienzos de los noventa, el Carnaval en La Pedrera era eso: amigos que se juntaban y se divertían, se disfrazaban y se iban al centro del balneario a festejar. No tenían más pretensiones que pasar un rato juntos.
Si bien los vecinos ya tenían la costumbre de juntarse a celebrar el Carnaval, fue en 1999 cuando se realizó el primer festejo “oficial”. A cargo de la organización estaba el Club Social La Pedrera, uno de los grandes pilares del balneario y responsable en buena medida de los eventos más importantes del lugar, como la Fogata de San Juan, por ejemplo.
Este primer desfile, hace ya 17 años, tuvo muchos de los rasgos que se han mantenido hasta hoy como característicos: la popularidad, la espontaneidad, los disfraces, los tambores y el culto al balneario que lo vio nacer. Solo que entonces no era una fiesta masiva, sino que reunía a unas decenas de vecinos.
Memorias de aquel desfile
María Pedragosa, una de las artífices del primer desfile de Carnaval organizado por el Club, recuerda clarito cómo fue que surgió la idea: “Yo en ese momento estaba en el Club encargada de todo lo que fuera actividades, sin ser la cantina. Un día aparece Silvana Dos Santos, que es la ceramista del pueblo, con una propuesta de un taller para que los niños aprendieran a hacer cabezudos. Entonces dijimos, ‘buenísimo, si sale esto vamos a hacer un corso, ¿para qué vamos a hacer cabezudos solos?”.
Y así fue como comenzó todo, “tan espontáneo que fue impresionante”, nos cuenta María. “Toda la gente del pueblo se sumó y eso no pasaba con todos los eventos: uno prestó el auto sobre el que se hizo el carro con una sirena, y decidimos también elegir una princesita -fue una niña que era muy popular acá en el pueblo-. Faltaba algo de música, e invitamos a los tambores de La Paloma y a la gente que tocaba los tambores acá. Así surgió esperar a los tambores en la palmera y salir desde ahí, porque éramos poquitos. El desfile empezaba 7.30 de la tarde para que los niños tuvieran tiempo de estar y terminaba en el Club”, relata.
Rochaaldía

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