Viernes, 12 de diciembre
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QUE LA CUENTEN COMO QUIERAN (HISTORIAS Y CUENTOS)

Vaya tranquilo maestro. Usted le devolvió la selección a la gente.

Vaya tranquilo maestro. Usted le devolvió la selección a la gente. La hizo cantar el himno. Emocionarse hasta las lágrimas. Y volver a sentir orgullo de ser uruguayo. A los niños les dejó en claro que la patria es la infancia. Transmitió valores, inculcó respeto. Se puso del lado de los que defendían sus legítimos derechos. Le devolvió la camiseta a Uruguay.


Renunció a la FIFA cuando tocaron a Luis Suárez. Discutió con Lugano cuando entendió que debía salir del equipo. Le permitió abandonar la concentración a Cavani para acompañar a su familia en un momento complejo de su vida. Abrazó a Godín con admiración y le habló a Valverde como si fuera su hijo. Se ofreció a llamar a un juvenil de la Sub 15 que se dormía y faltaba al liceo. Y se puso de pie, pese a las dificultades físicas, para gritar un gol de su país.

Pucha cuanta cosa queda en el camino. Tal vez, como usted mismo dijo, es la recompensa.

Se terminó maestro. Nada es para siempre. Pero el tiempo pondrá las cosas en su lugar. Usted reservó un lugar en la historia. Pese a aquellos que en los últimos tiempos dinamitaron el territorio para satisfacer intereses propios y ajenos.

Su obra molestó. Usted limpió. Pasó el famoso cepillo de agua con jabón de Lescano en la selección. Terminó con determinados privilegios. Basta con decir que cuando llegó no había agenda de teléfonos en la AUF. Los jugadores eran citados desde la empresa que tiene los derechos de televisión. Esto pocos lo saben.

Usted generó jugadores con compromiso y pensantes que dejaron en evidencia a la clase directriz. Esos dirigentes que tantas veces atacaron su proceso, son los mismos que votaron que la camiseta de Uruguay debía venderse en 8 millones y no en 24 como finalmente ocurrió. Todo dicho.

Son los mismos dirigentes que vivieron pidiendo dinero, abaratar costos, rebajar salarios, quejarse de la selección, pero nunca se les cayó una idea. Y lo peor del caso es que, cuando tuvieron que negociar derechos, los regalaron al vil precio de la necesidad. Como le escuché decir a Mario Bardanca: “La necesidad es enemiga de los hombres libres”.

Usted deja una selección autosustentable y que genera ingresos incalculables. A saber: la venta de la camiseta, los derechos de TV, premios por clasificar a los mundiales, amistosos, juveniles negociados al exterior cuyo dinero ingresó a las arcas de los clubes, entre otras cosas.

Se perdieron cuatro partidos consecutivos con un rendimiento preocupante y ahí está el punto. Nadie reparó en el cambio de calendario. Y a usted lo estaban esperando... como la canción de La Renga, Balada del diablo y la muerte.

Esta no es una defensa. Usted no la necesita. Pero escribo esto porque hay cosas que me llamaron la atención. Gente que metió la política de por medio y se molestó, entre otras cosas, por su defensa de los Derechos Humanos. Incomprensible. Insensible. Pero bueno, hay gente para todo.

En los últimos tiempos todo lo que usted hizo o dijo, molestó.

Que no citaba a determinados jugadores, que era inexplicable que no entrenara en doble turno, que no transmitía nada al borde de la cancha, que declaraba mal, que el equipo no jugaba a nada.

Algunos lo trataron como si usted fuera un improvisado. Pedían entrenar en doble turno con un desconocimiento de las cosas que se hacen cuando llegan los jugadores. Desconociendo la capacidad de los doctores Alberto Pan y Edgardo Barbosa o del profesor José Herrera, como si esos profesionales no supieran lo que tenían que hacer.

Me recordó una frase de César Luis Menotti cuando dijo: “Hay una imprudencia en el periodismo. Hay muchos que dicen yo el penal lo hubiese tirado de determinada manera. ¡Vos no los hubieses tirado, ni lo vas a tirar nunca! Porque no vas a entrar nunca a jugar 11 contra 11 a la cancha de Boca. Entonces tenés que ser prudente”.

A usted le reclamaron que desperdició a la mejor generación de jugadores de la historia con Cavani, Suárez y Godín a la cabeza. Me pregunto: ¿Qué dejamos para los argentinos? Tienen a Messi, el mejor jugador del mundo, y recién ganaron la Copa América. ¿Se dan cuenta? Ya lo dijo Palito Pereira: “Recién ahora me igualó Messi, 10 años después me igualó”.

¿Pero sabe qué respondían sus detractores? Chile ganó dos Copa América. Con el tiempo comprendí lo que usted le pidió a sus jugadores cuando estaban en plena batalla por los derechos de imagen y aparecía cualquier actor en escena para ensuciarlos: no bajen el nivel de discusión.

Lo apliqué. Gracias por la enseñanza. No me interesa el circo, ser tendencia en twitter o generar 10 mil clic más en mis notas.

Se terminó maestro. Nada es para siempre. La vida sigue, el fútbol también.  Como dijo Manu Ginóbili: “Lo normal es perder, y a veces ganás”. Le tocó perder. Pero su legado quedará para siempre. Vaya tranquilo maestro, el tiempo pondrá las cosas en su lugar. 

Jorge Señorans. https://elblogdesenorans.blogspot

Fuente: Foto gentileza Martín Cerchiari
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