COLUMNA DE OPINIÓN

De un estudiante.

Escribe:Elián Barboza

El 1º de marzo se cumplirán cuatro años desde que la Coalición tomó las riendas del país, y lo que hoy nos toca hacer es un balance positivo del trabajo en materia educativa. Dentro de las más destacables actuaciones encontramos la del Partido Colorado, que honrando su tradición reformista, llevó a cabo la más importante (y necesaria) transformación en esta área que se haya visto durante el siglo XXI.

Para esto era impostergable ‘poner la casa en orden’ y hacer valer el resultado que arrojaban los comicios en 2019, dando fin a los quince años de cogobierno ejecutivo/gremio-sindical que hasta el momento nos habían imposibilitado de todo avance. No obstante, y por más distante que se pueda estar ideológicamente de algún sector u otro, la presencia del diálogo es fundamental, lo que significa darle esa vigencia a las instituciones que valen, porque siempre y sobre toda divisa, entendemos que debe estar el bien de nuestra Nación.

Por los que estamos, y también por los que vendrán, que se puedan encontrar ellos con un pequeño país modelo, y que tengan también las herramientas para mejorarlo en cuanto crean necesario. De esta manera (honrosa también del acervo histórico de nuestro Partido), se dio lugar a que todos, miembros de la sociedad civil, miembros del poder político, miembros del orden sindical, y miembros del sector empresarial, colaboraran con esta reforma, siendo escuchados en cuanto quisieran, y siendo sus propuestas incluidas en esta metamorfosis de los programas.

Siempre en pro de la educación y de las generaciones venideras, que deberán afrontar un mundo con más complejidades, más dinámico, donde se requiere de más formación en áreas emergentes, para adaptarse a un mercado laboral más exigente y con más competencias, pero para asegurar también que el estudiante logre una predilección por el estudio, desarrollando habilidades en lo que plazca y dando primacía a las capacidades propias de cada individuo.

Es una herida que aún duele, el mal trabajo en materia educativa que llevó a cabo el Frente Amplio en su gestión, desarmando transformaciones eficaces y ambiciosas que el Partido Colorado supo llevar a cabo, como el Plan 1996, y la reforma en los bachilleratos del año 2003. Empero, nuestro Partido no ha sabido manejarse en base a retaliaciones o revanchismos, y en ningún momento supimos olvidar este norte que señalaba con anterioridad, porque después de todo, sectores y divisas son temporales, y al final del día lo único que queda y que nos cubre a todos, es la bandera uruguaya. Triste es, que si pensamos ahora en represalias, vindictas y escarmientos, nos toque pensar en el accionar gremio-sindical desde que la Coalición Republicana se asentó en el poder.

Como hijo de la educación pública, que con 16 años hoy tiene la posibilidad de cursar bachillerato (y en un liceo como el IAVA), me veo en la desgracia de percibir como lentamente la institucionalidad se deteriora y cómo afecta eso la calidad educativa. Algo que los maestros en ciencias de la educación suelen resaltar es la importancia de cuidar celosamente la adolescencia, porque sabemos que esta cumple una función verdaderamente importante en el desarrollo de la vida de una Nación.

Sabemos también que los regímenes autoritarios, véase fascismo o comunismo (doctrinas curiosamente alabadas en situaciones por nuestros sindicatos), han sido estudiosos de esto, y en sus principales objetivos siempre estuvo la creación de una nueva mentalidad afín a los intereses de su ideología. Para esto no solo alcanza con una transformación en la curricula educativa, también se necesita que sus agentes se apoderen en la dirección de cada uno de los órganos.

Es así que vemos penetrados los Consejos, Direcciones de Liceos, el IPA y la Dirección de actividades catalogadas como “culturales” con el fin de dosificar tempranamente esta doctrina mediante sus prédicas solapadas, debilitando la mentalidad del adolescente sin que logren una autonomía en su pensamiento, pudiendo obtener a futuro un hombre nuevo, con una mentalidad proletaria, como indicaba Nadia Krúpskaya en sus escritos soviéticos sobre pedagogía. Y mientras unos militantes del diálogo, soldados de la democracia, y paladines de la Educación Pública- buscamos hacer de nuestro futuro y el de la Nación algo mejor, otro buscan destruirlo, desde adentro, intentando penetrar en la estructura mental del adolescente, creando falsos conceptos dignos del dogma que imperó detrás de la Cortina de Hierro.

Nos intentan imponer que la libertad significa anarquía, que la igualdad significa arrasar con los que son distintos a nosotros, y que la seguridad es la pérdida de libertad, implícita, pero que se paga siempre caro. El profesorado que actúa en este aspecto tiene bien conocida la estructura mental del adolescente, y es así que trata de moldearla a conveniencia suya sin que padres ni autoridades lo noten. Profesores y estudiantes demócratas nos tenemos que hacer eco de esto que bien sabemos qué pasa. Solo alcanza con ver la libreta de los profesores, o incluso estar presente en una de sus clases, veremos cómo, con la sutileza que los caracteriza, expresan con total impunidad su ideología política, violando esa laicidad imperante en la historia de nuestro sistema educativo.

Nuestra estructura mental, como adolescentes, no admite contradicciones, estamos desde muy pequeños supeditados a las opiniones y enseñanzas de los adultos, por lo que no estamos acostumbrados a cuestionarnos en aquello que nuestros referentes nos dictan, entonces el estudiante confía plenamente en la palabra del docente, y no tiene elemento alguno para cuestionarlo. Y en ese efecto esponja, se absorbe, asimila, y guarda en nuestra psiquis esa doctrina coartante de libertades.

De estos liceos salen los “Gerónimo Sena” y de ese IPA salen los “Marcel Slamovtiz”, los “José Olivera” y “Emiliano Mandacen”. Pero también egresan docentes y estudiantes demócratas que hoy vemos avasallados nuestros derechos por solamente no pensar cómo el grupo más coercitivo y mediático a día de hoy. Y de nosotros no hay casi expresión pública, por miedo a las represalias que estos grupos violentos suelen ejercer sobre aquellos que se manifiestan en contra. Por eso me tomo la libertad de poder hoy hacer un llamado a la unidad y al sentido constructor que cimentó esta Nación.

A la enérgica y potencial militancia que hasta hoy se ha mantenido en silencio, por no tener con quienes identificarse. Se ha sembrado un sentido de alienación dentro de la comunidad educativa, pues aquellos que no piensan de determinada manera, están destinados a la pública humillación, haciéndolos sentir que están equivocados. Docentes y profesores demócratas sabrán que no están solos, que los hay más como ellos, que existen pares con sangre, espíritu de orientalidad y ánimos de un buen porvenir, un estudiantado fervoroso con ganas de estudiar y de forjar su propio futuro.

Sabemos que nuestro afán va por el lado de recimentar la democracia y no de destruirla. Apostamos así, a la sensibilidad de educadores y estudiantes, reafirmando siempre que el camino se traza de manera conjunta, sin cubrirnos de enseñas políticas, mirando el Sol del porvenir de las generaciones que hoy sientan el futuro de la Nación, sabiendo que todo empieza por la educación.

Cito así, al General José Artigas. “Los jóvenes deben recibir el influjo favorable en su educación para que sean virtuosos y útiles a su país. No pueden recibir esa bella disposición de un maestro enemigo de nuestro sistema y esta degradación, origen de los males pasados, no debemos perpetuarla en los venideros”.

Sabrán, entonces, aquellos grupos doctrinarios que buscan hacer gris a nuestra juventud, que acá empieza el límite, y como es honroso a nuestra historia Republicana, siempre y sobre todo, prevalecerán las ideas de la libertad.

Elián Barboza/ Elianbarboza1899@gmail.com

Agrupación Nacional “Nuevo Impulso”

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