Viernes, 12 de diciembre
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Irineu Riet Correa: “Creo que el partido no puede condenarme al exilio total y ni consultarme”

Escribe Facundo Terra Vitancurt

“En esas condiciones no era necesario”, señaló Riet sobre el fideicomiso que naufragó en la Junta Departamental, “si hubiera sido edil del Partido Nacional lo votaba, si fuera edil del Frente no”. Además, sostuvo que si las elecciones fueran hoy “acompañaría a Cabildo Abierto”.

A las afueras de la ciudad de Rocha, por la mañana el silencio se adueña del sinuoso camino vecinal que deja a un costado la ruta 9 y conduce a la chacra donde hoy vive Irineu Riet Correa, jubilado de veterinario y jubilado rural, intendente durante dos periodos de Rocha, recordado por muchos al conducir al departamento en la crisis de 2002.

Al ingresar, en la pared cuelga una ilustración de Saravia en tela de arpillera. En una repisa, entre fotos familiares y adornos, resaltan recuerdos de sus viajes a Cuba. En lo alto de la pared, se suspende un cuadro de Wilson Ferreira, sobre la mesa descansa un antiguo folio
que leía minutos atrás. Tan polémico como calmo a la hora de expresarse, con una sonrisa dibujada en su rostro y sin levantar el tono de su voz lanza una dura crítica al sistema político, transitando por la realidad que vive su propio partido, del cual se percibe por fuera.

-Lo encuentro leyendo desde temprano, ¿que leía?
-Estoy leyendo porque es bueno refrescar la memoria y refrescar la memoria de algunos también. Wilson mandó una carta cuando estaba en Inglaterra sobre cómo veía la situación en 1982, en un momento que se estaba hablando de aquellas elecciones internas. Wilson lo veía como una estrategia que venían armando los militares para consolidar el modelo. Vamos a sacar el militar porque para mi la dictadura no es un tema militar, es de arriba. En aquel momento usaban el ejército, lo tenían que usar, ahora no precisan. La misma dictadura aquella la tenemos hoy y no se necesita ni el ejército en la calle, un poco más de policía por los gurises que se rebelan.

-¿Cómo se modifica esa realidad que describe?
-La única vía es que el sistema político reaccione y entre en una etapa de transformación, para evitar que tengamos que sufrir la violencia. La locura es soñar con un mundo mejor, con un país libre e independiente. Artigas decía: “Cuando los más infelices sean muchos, no va a haber movimiento capaz de contenerlo”, hoy están haciendo malabarismo. Ya está pasando en Chile, está pasando en Colombia. El pueblo que vive y arde en la calle un día les va a quemar las barbas.

-El Partido Nacional tuvo una pérdida muy fuerte como la de Jorge Larrañaga, ¿cómo
la tomó?
-Lo tomé muy personal, tenía una amistad con Larrañaga, mucho más que política. Fuimos intendentes al mismo tiempo, él muy jovencito en el 90´. Tenía mis discrepancias políticas y no lo voté nunca. Pero tenía una muy buena relación personal. Además, me parece que tenía unos valores que en política son fundamentales y que muy poca gente los tiene.

-¿Usted dice que Larrañaga no era wilsonista?
-Lo digo y lo sostengo. Estaba en un gobierno que de wilsonista no tiene nada. Estuvo 30 años en la actividad política y jamás salió a defender los proyectos de Wilson. Nunca lo vi hablar de reflotar la reforma agraria, de evitar la nacionalización de la tierra. No lo condeno por eso, porque son maneras de pensar que respeto. Si alguien cree que el país se salva con la inversión extranjera, respeto la opinión, no estoy de acuerdo.

-¿Se diluye día a día el wilsonismo?
-El wilsonismo en Uruguay hace mucho que no existe, desde el Club Naval. El pacto del Club Naval fue un pacto anti Wilson. No fue dictadura nunca más, porque la dictadura económica la tenemos hasta hoy. La dictadura vino para imponer un modelo que se veía sitiado por aquellos procesos fermentales, revolucionarios que había en América Latina en los años 60´y 70´. Las dictaduras se impusieron para parar eso y consolidar el modelo vigente hasta hoy.

-¿Es rápido para hablar de lacallismo?
-No es nada novedoso, es seguir la línea que viene de afuera. Hay una crisis de representatividad, no solo pasa en política, pasa en todo. Se eligen dirigentes para representar y después los dirigentes no representan.

-¿No queda un ala progresista en el Partido Nacional?
-No, no. Hoy en Uruguay hay un pensamiento único, neoliberal, entreguista. Entregados al colonialismo extractivista que domina el mundo.

-¿Qué balance realiza del gobierno de Lacalle Pou?
-A Lacalle Pou le tocó bailar con la más fea. Estamos en un momento complicado, justo le toca ser presidente y creo que el gobierno no entiende lo que está pasando. Los apremios, la inmediatez del día a día no los deja levantar la vista y ver realmente cómo estamos y cómo vamos a salir jugando.

-Apoyó al Frente Amplio, precisamente la candidatura de Tabaré Vázquez, hoy sería impensado que un dirigente blanco apoye a la oposición.-Creí que era lo mejor, estaba convencido. Capaz que me equivoque, pero estaba convencido que era lo mejor porque con Tabaré se planteaba el cambio de modelo, además lo habíamos discutido varias veces. Coincidí en el gobierno departamental y eso fue lo que creó ese sentimiento de trabajar juntos por un cambio de modelo.

-¿Lo defraudó?
-En seguida, me di cuenta que era más de lo mismo. Siguió por el mismo camino. Los problemas que yo había tenido con Lacalle (Herrera), los hubiera tenido con Tabaré cuando fue presidente. Ese punto de vista discordante en cuánto cuál es el futuro. Habíamos trabajado mucho en descentralización, fue presidente y no dio ningún paso. Descentralizar, crear alcaldías, pero alcaldes sin dinero es un cuento chino. La descentralización depende de los recursos. Tabaré decía: “Hay que hacer temblar hasta las raíces”, esa era la realidad, pero no pudo.

-¿Qué sería cambiar desde las raíces?

-Lo primero, una reforma constitucional que distribuya el poder, que el poder no lo tengan los de afuera. Tenemos que enfrentar el poder, empoderar a nuestra gente. Con gobiernos locales autónomos, políticamente y con recursos, porque hay que distribuir la recaudación
también. En un régimen federal, artiguista, porque aquí todo el mundo hace gargaras de artiguismo, pero vivimos el modelo autoritario y unitario que derrotó a Artigas y los gobernantes adhieren a ese modelo diciendose artiguistas.

-¿Qué visualiza en Cabildo Abierto que se jacta artiguista?
-Veo un discurso artiguista. Hay que ver si el discurso después se lleva a la práctica. Y si las elecciones fueran hoy, acompañaría a Cabildo Abierto. No se que va a pasar dentro decuatro años porque esto es tan cambiante. Me parece perfecto cuestionar el tema de la inversión, de la protección de inversiones, Manini propone rever eso.

-¿Ve en Manini Ríos una figura con futuro en la política nacional?
-Yo le creo a Manini, pero veo o siento que la estructura de Cabildo no va por el mismo camino de Manini. La estructura no funciona, no se condice. Ni acá ni en ningún lado, hay raras excepciones.

-“Dentro del Partido Nacional todo, fuera del partido nada”, sostuvo en más de una ocasión, ¿por qué adoptó esa postura sí apoyó otros ideales?
-Porque estoy convencido que mi partido es el mejor instrumento que tiene el país para cambiar. Ahora, si los dirigentes no conducen al partido por ese camino como está pasando ahora. El instrumento fue muy bueno, hasta Wilson. Siempre hubo alguien que quería cambiar la realidad y las estructuras, siempre. O Saravia hizo al cuete las revoluciones. Hay un momento en que Wilson en un discurso dice: “No se puede ser blanco y colorado al mismo tiempo, el que lo es no entendió nada”, ahora somos blancos y colorados al mismo tiempo.

-¿Julio María Sanguinetti fue un visionario en la conformación de la coalición con las elecciones nacionales en el horizonte?
-Sanguinetti sigue siendo el titiritero. Fue el titiritero del Club Naval y sigue siendo el titiritero. Le fue a plantear a Larrañaga y a Lacalle la coalición. Es el que maneja la marioneta, es muy inteligente.

-¿Al pasar raya cómo evalúa estos quince años de gobierno del Frente Amplio en Rocha y a nivel nacional?
-La Intendencia hizo la plancha. Rocha en quince años trató de mantener las cuentas, porque el Frente histórico decía: “Nos interesa más la gente que las deudas, nos interesa más la gente que la plata”, y cuando entraron al gobierno empezaron a ir por el mismo camino, del ajuste a partir del sufrimiento de la gente. A partir del estímulo de los grandes empresarios y de las grandes empresas multinacionales. En el gobierno del Frente Amplio el país se extranjeriza como nunca, se concentró la tierra y la riqueza como nunca.

-¿No incluye ahí su último gobierno?
-En el último periodo a pesar de todos los problemas económicos que hubo, seguimos haciendo obras, se consiguió acomodar las finanzas de la intendencia, recuperar la historia contable y seguir el proceso de desarrollo. Siento que cumplí un objetivo, en plena crisis no había la miseria que hay hoy. En plena crisis que tanto se criticó, que tanto se habla, aquí en Rocha no había gente durmiendo en la calle, gente hurgando en la basura, apareció en los gobiernos del Frente.

-Tuvo varios contratiempos, el pago de sueldos por ejemplo.
-Entramos en un momento de crisis local, departamental y nacional, donde hay un elemento que poca gente habla que fue la aftosa. La intendencia ya estaba con problemas, debía cinco meses de sueldo. ¿Por qué? Porque la gente no estaba pagando impuestos. Si no hay ingresos no puedes pagar los sueldos, está en la tapa del libro. Se resolvió que lo que se recaudaba se repartía el 20% en sueldos y lo otro para funcionar la intendencia. Cobraban todos, de acuerdo a repartir, lo resolvió la asamblea y se cumplió.

-¿Se pegó varios tiros en los pies con las decisiones que tomó y las que omitió?
-(Ríe) Capaz que sí, pero no sería fiel conmigo mismo, no dormiría de noche. Sí me hubiera acomodado con el sistema hubiera seguido ganando elecciones. Si me hubiera acomodado, perdía las elecciones y me llevaban para algún ministerio.

-¿Qué opinión le dejó la desaprobación al fideicomiso en Rocha?
-En esas condiciones no era necesario. El fideicomiso es disponer de recursos propios, sacarlos de su capital y dárselo a un tercero para que lo administre de determinada manera. Si tu vas a sacar recursos tuyos para que lo administre un tercero, ¿por qué no lo haces tú? Es tercerizar las obras. Si hubiera sido edil del Partido Nacional lo votaba, si fuera edil del Frente no. Pasa el periodo de gobierno y el Frente pretende ganar, es posible que gane. Va a tener un gobierno que tiene achicado sus ingresos porque están comprometidos con los ingresos de ese periodo. Y a ningún gobierno le gusta que el gobierno que estuvo antes le haga las obras.

-Es a conveniencia.
-Podría haberse arreglado si de repente los partidos políticos se hubieran reunido y con un criterio de estado hubieran resuelto cuáles eran las obras. Pero si no estás de acuerdo con la obra, si tu pensabas en otras, si pensabas en otro modelo de desarrollo y todavía te dejaron sin recursos, ¿cómo lo ejecutas?

-¿Es un antes y un después para el turismo del departamento de Rocha la construcción de un hotel cinco estrellas como indicó el actual intendente?
-Yo no estoy de acuerdo. No le va a salvar la vida a Rocha. A Rocha para salvarlo hay que crear un plan pesquero. Tenemos el recurso pesquero en el mar, nosotros estamos frente al mar. Tenemos capacidad ociosa. ¿Por qué no un proyecto pesquero que andamos peleando en estos días para sacarlo? ¿Por qué se prefiere que venga un hotel de cinco estrellas? Además estoy desconfiado de que vengan a poner un hotel cinco estrellas, algo le van a regalar.

-¿Se lo planteó al intendente, Alejo Umpiérrez?
-No. Con Alejo no hablo de estas cosas. Tenemos una distancia sideral que además la planteó él.

-¿Dónde nacen las diferencias?
-Las plantearon ellos. Llevaron adelante un proceso de desestabilización. Él era cabeza, las denuncias las hacía todas él. Mis diferencias con ellos las tengo de ahí. Como puedo tener buena relación con esa forma de actuar.

-¿No mantiene diálogo con nadie del gobierno departamental?
-Me gustaría discutir con este gobierno y creo que tengo predicamentos para que se me escuche. Creo que el partido no puede condenarme al exilio total y ni consultarme.

-¿Por qué no se da esa instancia?
-Es un tema político, diferencias abismales y ellos saben lo que van a escuchar, porque si una cosa tengo yo es coherencia, que no es común en los políticos. En las elecciones pasadas participé en el grupo de los intendentes, fui a un par de reuniones y me hicieron la cruz.

-¿Se siente exiliado de la política?
-Me divierto con eso.

-No quedaron ni retazos de la gente que lo rodeaba en el terreno político.
- (Ríe) No queda nadie. La mayoría que asomaron la cabeza los bajaron. Hoy la cabeza de la gente está para otra cosa. Ofréceles clientelismo político, ahí sí. En los tiempos que hice política ibas a un comité y el 95% iba a ayudar con la camiseta puesta, hoy el 95% va a pedir algo y después a comprometerse. Fíjate, pasadas las elecciones muchos van para adentro. Es como la razón de ser de la militancia política.

Facundo Terra Vitancurt

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