La Federación de Funcionarios de Salud Pública repudió enérgicamente una nueva agresión contra personal del Centro Auxiliar del Chuy. El gremio advirtió que los ataques físicos y verbales vienen en aumento y exigió medidas urgentes de seguridad. “Cuidar a quienes nos cuidan es impostergable”, remarcaron. Desde la federación pide revisar protocolos y frenar la naturalización de la violencia en el sistema de salud.

La Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP) emitió este martes un contundente comunicado en el que expresa su “más firme repudio” ante una agresión sufrida por personal del Centro Auxiliar del Chuy, incidente protagonizado por una usuaria del servicio. Según la organización, el ataque ocurrió mientras los trabajadores cumplían con sus tareas habituales.

El episodio volvió a encender las alarmas dentro del sector sanitario. Desde la Federación advierten que las agresiones —tanto físicas como verbales— registran un incremento sostenido en los últimos años y se han convertido en un factor de riesgo permanente para quienes integran los equipos de salud.

“Resulta inaceptable que el personal deba desempeñar su tarea en un clima de violencia”, sostiene el comunicado, firmado por el presidente de la FFSP, Martín Pereira, y el secretario general, Gustavo Gianre. La organización recuerda que cada incidente erosiona un poco más la ya delicada situación laboral de médicos, enfermeros y auxiliares que trabajan en centros públicos de todo el país, especialmente en zonas de alta demanda asistencial.

La Federación expresó su solidaridad con los funcionarios agredidos y reclamó al sistema de salud la adopción urgente de medidas que garanticen condiciones laborales seguras. “Cuidar a quienes nos cuidan es impostergable”, remarcaron.

El caso ocurrido en el Chuy se suma a otros episodios que, según el gremio, muestran una peligrosa tendencia. Por ello, la FFSP redobló su pedido para que las autoridades revisen protocolos de seguridad, fortalezcan la presencia de personal capacitado para intervenir ante situaciones de crisis y promuevan campañas de concientización dirigidas al público.

Mientras tanto, los trabajadores continúan insistiendo en un mensaje que se repite desde hace tiempo: la violencia no puede naturalizarse dentro del sistema de atención sanitaria.