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El proyecto comprende 1.300 metros de pavimentación con tratamiento bituminoso, desde el acceso hasta la plaza de ingreso, y representa una inversión de 13 millones de pesos, ejecutada de forma conjunta por la Intendencia de Rocha y el Municipio de Castillos. Los trabajos se desarrollaron de manera continua, con el objetivo de mejorar la accesibilidad, la circulación y la seguridad vial, especialmente de cara a la temporada de verano. Por primera vez en su historia, Valizas cuenta con asfalto en su ingreso, marcando un antes y un después en la infraestructura del balneario.

 

Durante décadas, llegar a Valizas implicó aceptar el ritmo del lugar: arena suelta, calles de pasto, huellas marcadas por el viento y el paso lento de quienes eligieron vivir —o descansar— lejos del apuro. Ese paisaje, parte esencial de su identidad, empieza ahora a convivir con una transformación largamente postergada. Por primera vez en su historia, el balneario contará con tratamiento asfáltico en su principal vía de acceso.

La calle Aladino Veiga, eje que conecta la ruta con la plaza Leopoldina Rosa, comenzó a ser asfaltada en un tramo de 1.300 metros, mediante un tratamiento bituminoso doble, en una obra que el propio intendente de Rocha, Alejo Umpiérrez, calificó como “histórica”. No es una exageración retórica: Valizas nunca había tenido asfalto.

La inversión alcanza los 13 millones de pesos y es ejecutada de forma conjunta entre el Municipio de Castillos y la Intendencia de Rocha, con trabajos continuos —día y noche— para acelerar los plazos y minimizar el impacto en plena antesala de la temporada estival.

Infraestructura en un territorio frágil

Valizas no es un balneario más. Nacida a orillas del mar, entre dunas móviles y el arroyo que le da nombre, conserva una identidad singular, marcada por la pesca artesanal, el turismo de baja escala y una vida comunitaria que rehúye de la masificación. Asfaltar en un entorno así no es solo una decisión técnica: es una definición política sobre cómo integrar desarrollo e identidad.

La obra comenzó con el reciclado de la base existente, una etapa clave para asegurar durabilidad en un suelo sometido a humedad, arena y tránsito estacional intenso. El objetivo es claro: mejorar el acceso, facilitar la circulación de vecinos, servicios y visitantes, y reducir los problemas históricos que cada verano se repetían con lluvias, pozos y cortes.

Más que una calle

El asfaltado no se agota en la Aladino Veiga. El proyecto incluye además el acondicionamiento de la calle Cambre y el circuito de la terminal de ómnibus, una intervención que apunta a ordenar flujos, mejorar la seguridad vial y acompañar el crecimiento del balneario sin romper su escala.

En Valizas, donde las calles interiores siguen siendo de arena y pasto, donde las casas sencillas conviven con el aroma de la comida casera y el silencio todavía es un valor, el asfalto no llega como símbolo de ruptura, sino como respuesta a una necesidad concreta.

Un balneario entre el pasado y el futuro

A pocos metros del nuevo pavimento, siguen vivos los senderos valiceros, el cruce del arroyo hacia el Cerro de la Buena Vista, los restos del Don Guillermo encallado en 1952 y las caminatas hacia Cabo Polonio. Nada de eso desaparece con una obra vial. Al contrario: el desafío es que convivan.

La intervención en Valizas se inscribe en una política más amplia del Gobierno de Rocha, que viene avanzando con asfaltado en distintos balnearios del departamento. Pero aquí el impacto es distinto. Porque no se trata solo de metros lineales ni de cifras presupuestales: se trata de una frontera simbólica que se cruza por primera vez.

Valizas cambia. Lo hace lentamente, como siempre. Y esta vez, lo hace dejando huella.

Autor: ROCHAALDIA.COM