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La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) anunciará este martes 23 de diciembre el final del llamado abierto internacional para la explotación de los derechos de TV, a través del cual triplicó los ingresos, tendrá nueve empresas vinculadas a la comercialización del fútbol uruguayo y un récord de ingresos de US$ 270 millones en los próximos cuatro años.

A partir del 1° de enero la AUF ya no tendrá exclusividad con Tenfield, como ocurre desde 1999, ni cláusulas de igualación, y comenzará a transitar una nueva época en sus derechos de TV.

Este nuevo escenario para el fútbol uruguayo planteó una entrevista de Referí con Diego Lugano, el excapitán de la selección, quien lideró durante 15 años a los futbolistas fuera de la cancha, con el fin de "devolverle el poder a la AUF", dice, y explica los momentos y puntos medulares de todo ese proceso.

Relata la forma en que nació la transformación en el seno de la selección. También, cómo con información, concientización y asesoramiento legal los jugadores se prepararon para ingresar al campo de batalla en el que se enfrentó a la empresa Tenfield, que fue propietaria de los derechos de TV del fútbol uruguayo durante 26 años.

Habló con profundidad, reflexionó, también contó detalles de sus charlas con Sebastián Bauzá, Wilmar Valdez, Gianni Infantino y Pedro Bordaberry. Habló de las presiones, de las campañas mediáticas, y dejó muchas frases. Aquí un breve resumen:

"La gente se merecía que fuéramos algo más que los que pateamos una pelota, sino seríamos una mentira".

"En este tema realmente el camino no fue la recompensa. La única recompensa estuvo en el final. El camino fue muy sufrido. Esto realmente es lo opuesto a la frase del Maestro, que me perdone, pero en esta no se la llevo (risas)".

"Nunca tuve armas. ¿Me viste alguna vez insultar o amenazar a alguien en estos 15 años? Mirá para atrás, siempre tuve la misma postura y con la verdad no ofendo ni temo. Y otra cosa también: una frase que siempre uso: el líder no toma el poder, sino que el líder devuelve el poder. Y lo que hicimos fue devolverle el poder a la AUF, con una asamblea más democrática para gobernar el fútbol uruguayo"

die_4474.webp Diego Lugano habló sobre las elecciones de la Mutual Diego Battiste

Así transcurrió la charla de Referí con Lugano:

Comienza una nueva época para el fútbol uruguayo en materia de derechos de televisión. Para llegar hasta aquí vos tuviste un rol protagónico. Ahora que ves el final de esta película, ¿imaginabas esto o algo así en 2006, cuando de alguna manera se empezó a gestar una transformación en el fútbol uruguayo?

Eso de final es muy relativo, ¿no? También se puede ver como una continuación con más conocimiento, con más personas con capacidad para tomar decisiones, para que, como dije desde el principio, podamos ser la mejor versión de nosotros mismos, por respeto a la historia y a la gente que hizo historia. Esa siempre fue nuestra mentalidad y nuestra preocupación.

¿Cómo transcurrió ese camino ahora que lo ves en perspectiva? ¿El año 2006, cuando reconocieron para la Organización del Fútbol del Interior (OFI) los derechos de formación de tu pase al fútbol turco marcó el inicio?

No, lo que ocurrió en 2006 fue diferente. En 2006, se puede ver un poco de mi inquietud de no aceptar aquellos preconceptos de que el jugador de fútbol solamente tiene que jugar y no entender nada de lo que pasa alrededor. Yo era más joven, tenía 24 o 25 años y pocos partidos en la selección, pero entendía los reglamentos de FIFA, entendía lo que representaba profesionalmente y entendía, también, la gente que se tenía que beneficiar por un momento en el fútbol. En ese momento estaban los famosos derechos de solidaridad de FIFA, que hacía años que estaban en el mercado, pero que los equipos de interior nunca recibían. No los recibían porque supuestamenteno eran parte de la AUF, y la que estaba en FIFA era AUF... pero a mí ese cuento no me iba. Era joven, era y sigo siendo Canario, pero ese cuento no. Entonces inquieté un poco el ambiente en aquel momento para que, por primera vez, los equipos de Interior y de baby fútbol, pudieran recibir los recursos de los jugadores que tenemos la suerte de tener éxito y que nos formamos en OFI. Fue un antecedente importante, y me dijeron que ya han pasado por ese recurso más de US$ 30 millones o 40 millones. Hice lo que entendí fue correcto, hice lo que tenía que hacer, porque lo podía hacer y porque fue lo mejor para la mayoría. Capaz que para unos pocos no Fue lo mejor, pero para la mayoría sí.

"Al principio querían hacer ver que yo estaba equivocado, que era malo, porque quería hacer algo que existía en el reglamento FIFA y que era correcto. Libertad de Canelones, el glorioso decano del fútbol canario, recibió un platal para la época. Hicimos una cancha de fútbol 5 que hasta hoy se mantiene. Y en el Tres de Esquina, que fue mi equipo de baby fútbol, en donde jugué toda mi infancia, de los 3 a los 13 años, hicimos un saloncito para fiestas de chicos. Siempre es un orgullo aportar un poquito de arena, para que se abran puertas para beneficiar a la mayoría sin inventar nada, apenas haciendo lo que corresponde y lo que está bien" "Al principio querían hacer ver que yo estaba equivocado, que era malo, porque quería hacer algo que existía en el reglamento FIFA y que era correcto. Libertad de Canelones, el glorioso decano del fútbol canario, recibió un platal para la época. Hicimos una cancha de fútbol 5 que hasta hoy se mantiene. Y en el Tres de Esquina, que fue mi equipo de baby fútbol, en donde jugué toda mi infancia, de los 3 a los 13 años, hicimos un saloncito para fiestas de chicos. Siempre es un orgullo aportar un poquito de arena, para que se abran puertas para beneficiar a la mayoría sin inventar nada, apenas haciendo lo que corresponde y lo que está bien"

Saltamos a 2010, que se transformó en un punto de quiebre cuando comenzaron a tomar conciencia dentro de la selección de la importancia de los derechos de imagen y del lugar en el que entendían debían pararse los futbolistas de ahí para adelante. ¿Cómo empezaste a vivir ese proceso?

Claramente fue un punto de inflexión. Y lo principal, que, así como te dije que éramos un grupo muy profesional, todos jugadores con mucho senso crítico (pensamiento crítico) y a los que nos gustaba entender cómo funcionaban las cosas en los países en los que jugábamos. En ese momento todos estábamos en el exterior, entonces veníamos a la selección y queríamos aportar nuestra experiencia desde la parte táctica, técnica, nutricional o fisiológica, inclusive en temas comerciales o de gestión. De eso se hablaba mucho en la concentración, siempre con mate por medio. Nos encantaba estar 5, 6 o 10 días en el Complejo Celeste, y no salíamos. Conversamos sobre eso. Imaginábamos cómo podía funcionar en escenarios diferentes. Analizábamos las dificultades que teníamos en infraestructura y nos preguntábamos, '¿por qué tenemos dificultades? ¿Por qué la AUF no tiene fondos ni para comprar una máquina para hacer un ejercicio de remusculación o una hidratación cuando íbamos a jugar a Barranquilla o al norte de Brasil?'. Situaciones simples, para no decir otras cosas, porque a veces nos pedían por favor, ‘hay que ir al Mundial para que entre un dinero porque no llegamos a pagar a los funcionarios’, entonces preguntábamos, ‘¿Y los partidos que jugamos en Asia, en China, en Francia, todo lo que vendemos porque nos está yendo bien?'. Entendíamos que era injusto con el fútbol uruguayo y, realmente, de tanto que lo discutimos dijimos, 'Che, y si en vez de discutirlo en un asado hacemos algo al respecto, porque al final somos ídolos de barro, ¿no?'. Porque en ese momentos comentábamos y debatíamos sobre todos los temas, puteábamos, pero no nos remangábamos para hacer lo que había que hacer. Y, más o menos, por ahí empezó la cosa. Existía disconformidad, obviamente, porque profesionalmente no funcionaba bien el mecanismo de imagen, por ejemplo. Que te comente esto hoy puede resultar gracioso, pero en ese momento no. Estaba Forlán (en los grandes carteles de Montevideo) haciendo una chilena para una marca de bebidas alcohólicas. Creo que Diego nunca tomó una cerveza en la vida, y en ese momento era Pichichi de Europa en Atlético de Madrid, pero no le pedían permiso para utilizar su imagen, mucho menos le firmaban un contrato para darle lo que le correspondía por utilizar su imagen. Funcionaba todo de una forma muy desorganizada y el fútbol uruguayo venía así desde 10 años antes, y el sistema estaba acostumbrado. Para nosotros, que nos fuimos con 20 años y volvíamos de afuera, era diferente y nos generaba un choque. Entonces empezamos implementar algo que no era lo que funcionaba internamente. Fue así como durante los dos primeros años, con mucha ingenuidad, pero también con mucha buena voluntad, intentamos conversar con todas las partes. Con AUF, con la Mutual y hasta con el propio Tenfield. Y les decíamos, 'esto está mal'. No podía ser que estuviéramos en nuestro auge, ranking 2 de FIFA, campeones de América, viajábamos a jugar a China, a Indonesia, y nosotros íbamos gratis, arriesgando nuestra salud en los clubes, porque nos encanta, pero entendíamos que debía haber un retorno para la AUF, por lo menos, para que hubiera mayores comodidades para entrenar para los jugadores, porque nosotros éramos profesionales. ¿Qué ocurrió? No tuve muchos éxitos en las conversaciones, donde planteamos de buena manera. Después sí iniciamos una guerra juridica-legal, obviamente muy asesorados y sabiendo lo que queríamos, que no era otra cosa que devolver a la AUF el poder de poder administrarse y tomar sus decisiones sin estar económicamente presionada, porque eso te lleva a estar políticamente dependiente. Visualizamos todo ese contexto político y fuimos paso por paso, primero liberando a la AUF, después dándole los activos para que tenga fondos, después entendiendo quiénes son los dirigentes, haciendo una AUF más democrática, más integral, para que dentro del Congreso también pudiéramos tener votos, que fue cuando la FIFA hizo el nuevo Estatuto. Así fue, paso a paso, casi como una guerra de guerrillas, mucho más amplia de lo que te imaginas.

¿Sí?

Sí, sí, porque hubo muchos factores, porque realmente el monopolio de Tenfield era muy fuerte. Mucho tiempo y mucha gente que también estaba cómoda en ese monopolio. Entonces, yo siempre dije que entendía que había gente que estaba perdiendo con nuestra intervención. Y todos decían, 'que los jugadores se dediquen a jugar al fútbol, están ricos, juegan en el exterior', pero nosotros queríamos y queremos lo mejor para el fútbol uruguayo. Queremos dejar algo para las nuevas generaciones. Yo quería que el capitán que viniera después de mí, llegara un día al vestuario y tuviera vitaminas, por ejemplo. O que el fisioterapeuta, pobre Walter (Ferreyra), que no tenía la mínima tecnología para tratarnos y lo que hacía era todo a voluntad. Allí reafirmamos este concepto: que si entendíamos que realmente queríamos a la selección, si realmente representábamos a nuestro país, teníamos que dar un paso más y dejar algo mucho mayor.

¿En ese momento era más fácil lavarse las manos?

Sin dudas. Hubiera sido muchísimo más fácil y con el tiempo, 10 años después, me hubiera evitado muchos dolores de la cabeza, tiempo perdido.

¿O ganado?

Sí, entiendo, todo eso costó aguantar desprestigios, que la prensa que trabajaba para Tenfield, por orden, yo sé que por orden, todos los días... y me lo advirtieron, 'si te metés en esto mirá que tenemos un aparato de prensa que va a empezar a desprestigiarte todos los días. No te metas en esto, que ustedes no tienen nada que ver'.

¿Te lo dijeron?

Sí, me lo dijeron en 2013 o 2014. Me lo dijeron a mí cuando intentaba de buena manera decir que todo eso estaba mal, queríamos mejorarlo y buscábamos la forma de hacerlo.

¿En qué lugar te paraste en ese momento?

Dije, '¡vamos a seguir!'.

¿No pensaste en las consecuencias?

No, me paré en este lugar: somos todos iguales. De repente a las buenas somos muy flexibles, pero a las malas no. Y cuando pasa eso me torno un poco más cabeza dura. Y como te digo, estábamos bien asesorados, yo tenía un grupo de compañeros con los que sabíamos lo que queríamos, que no éramos dependientes de nadie. Que teníamos muy claro lo que somos como personas, por más que de repente te salían con un artículo de prensa diciendo cualquier disparate. Éramos ídolos en todas partes del mundo.

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¿Qué fue lo que más te dolió de todo eso?

Nada en particular. De repente algunas amenazas que hubo.

¿Amenazas de qué tipo?

De todo tipo. Amenazas que a veces salen de mi persona y van a la parte familiar. Entonces, cuando aparecen personajes que no tienen nada que ver y de repente empiezan a tocar a las familias. En algún momento pasó, sí, pasó, pero quedó para atrás. No quiero ni recordarlo ni tocarlo. Eso sí, ahí se puso más complicada la cosa y justamente fue donde entendí que esto estaba mal. Porque no quería eso para mi país, no quería eso para mi selección. Y si podía hacer algo para mejorarlo o cambiarlo, lo iba a hacer. Y algo hicimos. En ese contexto entiendo que lo principal que hicimos fue mantener el nivel, la cordura y la educación. Nunca insultamos a nadie. Nunca prepoteamos a nadie. Viví en Brasil y en Turquía… ¿prepo? Acá, como decía Damiani padre, hay riquitos y también acá en Uruguay hay mafiositos, digamos así, comparado a los países donde nosotros estamos acostumbrados a vivir. Entonces, con base en lo que entendía, que el fútbol debe intentar ser la mejor versión de nosotros mismos porque representa mucho para la gente en Uruguay. Porque lo que vivimos en la selección fue tremendo con la gente. Fue tremendo. Seguramente eso tiene mucho que ver. Experiencias de cariño, de amor.

La sintonía con la gente marcó esa época de ustedes en la selección.

Eso fue fundamental. Y esa gente se merecía que fuéramos algo más que los que pateábamos una pelota. Si no, seríamos una mentira.

De todas las medidas de fuerza que tomaron con la selección, ¿la más difícil fue aquella vez cuando taparon las publicidades de la camiseta?

No, no fue lo más difícil, pero se transformó en un punto de inflexión impresionante. En esa época yo ya no estaba ahí. Por eso siempre digo que con lo del Faraón (Diego Godín) y Luisito (Luis Suárez) hay que sacar el sombrero, porque son igual o más importantes que yo. Yo fui la cara visible, fui el que empecé, pero los que después tuvieron que echar para adelante jugando, en la etapa más difícil, fueron ellos. Para resumirlo: ilegalmente empezaron a utilizar nuestra imagen como jugadores de la selección. Porque fue ilegal, pero el sistema se basaba en eso, en los contratos monopólicos de Tenfield, AUF y de la Mutual antigua. ¿Qué ocurría con la Mutual? No entendía lo que estaba aconteciendo, eran de otra generación, y con el poco dinero que recibían ellos subsistían, entonces no entendían o no creían que nosotros podíamos hacer que la Mutual recibiera más dinero, que los jugadores les podíamos generar ese dinero y no una empresa que les obligó, por ejemplo, a denunciar a Comebol antes del Mundial en Brasil, de una Conmebol en donde el vicepresidente era uruguayo. Políticamente, lo que ocurrió en ese momento fue todo lo que estaba mal. Después pasó lo de Luis Suárez (fue suspendido por FIFA dos años). Entonces hay muchas cosas que nos perjudicaron en esa mala administración del fútbol uruguayo. Así fue que llegamos, asesorado legalmente, a la única manera que teníamos de entrar a esos monopolios y defender nuestra imagen. Se planteó esto: 'no me utilices más a mí porque yo soy Diego Lugano, yo soy de Diego Forlán, yo soy Luis Suárez'. Y te respondían que había contratos firmados. Nuestra respuesta, ‘mala suerte’, y le decíamos a AUF, sacame de tu contrato con Tenfield, con todas las marcas deportivas y espónsores de la AUF, porque habíamos entrado en temas judiciales. En ese momento, realmente comenzamos a presionar a la AUF. Ellos se vieron también comprometidos porque tenían contrato firmados, pero eran acuerdos con la Mutual, y no con nosotros. 'Les decíamos, yo soy Lugano, Forlán, no soy una asamblea de la Mutual'. Ahí comenzó el primer gran conflicto en el que le exigimos a la AUF, se lo exigimos, no fue conversando ni por las buenas, de que a partir de ese momento íbamos a ser socios. Así estaba planteado: 'yo te obligo a que vos, AUF, en vez de vender, como en aquel momento, todo un paquete de activos de AUF a un solo operador, que era Tenfield, por precios irrisorios, en los que me perjudicaba a mí, que si vos me querés tener, porque ya viste que jurídicamente tengo razón, ahora te obligo'.

"Cuando nos tapamos la camiseta Puma en un partido en el Estadio Centenario por las Eliminatorias, el pobre (presidente de la AUF) Wimar (Valdez), que sufrió conmigo, se dio cuenta que iba en serio. Entonces firmamos un contrato en el que decía, 'ahora somos socios y vamos a hacer las cosas legalmente'. Los jugadores de la selección firmamos y cedimos la imagen y los obligamos a que vendieran cada activo en forma individual, a precio de mercado, al mejor postor. ¿Por qué? Porque éramos socio. Y si no lo hacían, teníamos derecho a veto. Y así fue que en 2016 obligamos a la AUF a empezar a vender el famoso Puma-Nike al mejor postor para que justamente la AUF pudiera obtener caja, para empezar a ser independiente políticamente y no depender más de Tenfield. Además, también, obviamente, hacer que funcione mejor todo lo que es el universo selecciones, desde la mayor a las juveniles, el complejo celeste. Así comenzó un proceso en el que Puma-Nike fue un punto de quiebre. ¿Y sabés por qué lo hicimos visible? Porque casi encajonan el contrato de US$ 24,5 millones". "Cuando nos tapamos la camiseta Puma en un partido en el Estadio Centenario por las Eliminatorias, el pobre (presidente de la AUF) Wimar (Valdez), que sufrió conmigo, se dio cuenta que iba en serio. Entonces firmamos un contrato en el que decía, 'ahora somos socios y vamos a hacer las cosas legalmente'. Los jugadores de la selección firmamos y cedimos la imagen y los obligamos a que vendieran cada activo en forma individual, a precio de mercado, al mejor postor. ¿Por qué? Porque éramos socio. Y si no lo hacían, teníamos derecho a veto. Y así fue que en 2016 obligamos a la AUF a empezar a vender el famoso Puma-Nike al mejor postor para que justamente la AUF pudiera obtener caja, para empezar a ser independiente políticamente y no depender más de Tenfield. Además, también, obviamente, hacer que funcione mejor todo lo que es el universo selecciones, desde la mayor a las juveniles, el complejo celeste. Así comenzó un proceso en el que Puma-Nike fue un punto de quiebre. ¿Y sabés por qué lo hicimos visible? Porque casi encajonan el contrato de US$ 24,5 millones".

Recuerdo que en ese momento se instaló que los jugadores cobrarían una comisión si Nike ganaba la licitación.

Claro, ahí está la cosa acerca de cómo lo tergiversó la prensa de Tenfield. Se decía que teníamos un porcentaje del uso de imagen por contrato. La estrategia fue justamente esa. Cuando nos planteaban, ‘los jugadores no se meten, ustedes no tienen nada que ver’. Nuestra respuesta fue, 'sí tenemos que ver, porque somos socio. Tenemos que ver porque somos protagonistas y socios entonces te exijo que US$ 24,5 millones es más que US$ 3,5 millones. Porque el equis por ciento que la empresa va a pagar al jugador justamente por usar la imagen. Entonces te obligo a vos que US$ 24,5 millones es más que US$ 3,5 millones'. Y con esa obligación hicimos que la AUF tuviera mayor caja y que funcionara mejor, menos dependiente políticamente de Tenfield, y que tomara decisiones un poco más libres. Y así fue como comenzó la estrategia. Por eso fue que se instaló y lo habrás visto en los últimos 10 años, que el enemigo soy yo o mi generación. Ni siquiera Nacho Alonso era el enemigo y los que aparecieron después. Enemigos somos los que comenzamos el proceso, que entendimos el panorama político y económico, hicimos el cambio porque realmente entendimos que esto era lo mejor para el fútbol uruguayo.

De tu relato se desprende que transitaron el proceso con información, concientización y, finalmente, asesoramiento legal, hasta que finalmente pusieron en práctica todo eso. ¿Fue por ahí?

Sí, por ahí. Y cuando obtuvimos en la selección ese retorno, porque también lo de gente de la AUF en la época, tanto Seba Bauzá como Wilmar, querían eso. Lo que pasa es que estaban sentados encima de una bomba atómica, con deudas, siendo dependientes económica y políticamente, y ellos no tenían que hacer. Nosotros sí. Eso fue lo que siempre conversamos. Nosotros no le debíamos nada a nadie, no debíamos favores. Si nos insultaban, si nos echaban, no importaba nada porque teníamos prestigio a nivel mundial. Por esa razón nosotros pudimos hacerlo y pararnos en ese lugar. Un presidente de la AUF, aunque fuera el presidente, no podía hacerlo porque no tenía herramientas. De alguna forma, obligándolos, nosotros los ayudamos a que hicieran lo correcto.

¿En esos momentos sentiste que estabas exponiendo a Bauzá a una situación extrema?

Con Seba no dio tiempo.

¿A Valdez lo pusiste al límite?

No había otra. A veces hablo con Wilmar y se acuerda. Se acuerda bien, porque tenía otras responsabilidades. Tenía que elegir entre dos bombas atómicas. ¿Qué bomba quería que explotara?

Finalmente, todo eso que vivieron con la selección también termina bajando el fútbol local. ¿Allí nació la segunda etapa?

Eso mismo. Te cuento esto: en 2013 hicimos una consultoría externa de cuánto valía el producto selección. Lo hicimos nosotros, para la AUF.

¿Los futbolistas?

Sí, lo que nunca hizo un dirigente uruguayo lo hicimos nosotros y esa consultoría externa arrojó que en la época la selección podía recaudar US$ 27 millones, y la AUF solo ganaba US$ 3 millones. Fue ahí cuando le dijimos, ‘no AUF, te tienen que entrar US$ 27 millones’. Éramos campeón de América, ranking 2 de FIFA, el auge de Luis Suárez, Forlán, Cavani. Ahí es donde dijimos, bueno, te tienen que entrar US$ 27 millones.

En las conversaciones con la AUF, ¿pusieron ese documento arriba de la mesa?

Sí, en el comienzo sí. También hicimos lo mismo en 2016 con el fútbol local. Nos llamaron algunos muchachos que conocíamos del fútbol local, mandamos a hacer un informe a una consultora internacional con dinero nuestro. En la época dio que tenían que ingresar en el fútbol local US$ 45 millones. ¿Sabés cuánto cobrara el fútbol uruguayo? US$ 12 millones. Me acuerdo que hicimos una reunión con todos los capitanes de la A y de la B, que fue una de las cosas más linda que hicimos. Fue en el Complejo de la AUF, y dije, 'miren muchachos, la selección está resuelta, pero a ustedes le deben salario, no cobran al día, cobran poco, y esto vale el fútbol uruguayo, ¿qué hacemos?’. En ese momento los dirigentes habían extendido el contrato con Tenfield cuatro años más, desde 2021 a 2025, sin hacer una consultoría de mercado, sin saber cuánto valía el fútbol uruguayo. Fue allí cuando nació Más Unidos que Nunca (MUQN), que fue fundamental para esto que pasó poco tiempo después. Porque la mayoría de esos muchachos tuvieron consecuencias profesionales, porque sabemos que el sistema era de tener represalias. Con nosotros no podían, pero con ellos sí. Entonces, ellos sí se la jugaron, algunos quedaron sin contrato y otros tuvieron sus consecuencias.

die_4521.webp Lugano ahora está dedicado a los medios de comunicación Diego Battiste

En 2017, cuando la selección ya había avanzado en la AUF y estábamos con el MUQN los presidentes quisieron renovar desde 2025 a 2032, y me acuerdo que una tarde me llamó Wilmar y me dijo, ‘mirá Diego que ocho presidentes vinieron con la propuesta de Tenfield para renovar hasta el 2032. Yo sé que vos hablás con todos los jugadores de fútbol local. Soy presidente de la AUF y me debo a los clubes, que me condicionan. Yo creo que está mal, pero…’, entonces le dije, ‘déjame que vamos a resolver, pero no te vamos a dejar hacer eso’. Ahí ya los jugadores locales habían sacado a la Mutual el derecho de imagen que tenía sobre ellos, y con ese argumento jurídico 700 jugadores del medio local, ¡700! Con escribano público firmaron un acta donde decían que si la AUF vendía de nuevo el producto de ellos, que es la imagen, a un valor irrisorio por debajo del mercado, sin saber, le iban a hacer una demanda millonaria a la AUF, e iban a tener consecuencias. En ese momento al pobre Wimar lo pusimos entre la espada y la pared. Finalmente no renovó hasta el 2032, pero al otro año había elecciones en la AUF. Ya había pasado el caso Puma-Nike en donde US$ 3,5 millones fue más que US$ 24,5 millones para nueve presidentes. En ese momento lo dimos vuelta gracias a OFI y a la Asamblea de socios de Nacional. El tema estaba así: a pesar de que la selección había avanzado, seguíamos muy endebles a nivel político en el fútbol local. Y en ese momento apareció todo aquel problema con Wilmar Valdez (en la justicia), en el que creo que obviamente le pasaron factura. Además, se dijo en ese momento que iban a colocar un presidente que pudiera ser más flexible a los intereses de Tenfield y del monopolio. Entonces en el Mundial de Rusia hablé con Infantino y, cuando me felicitó por el triunfo de Uruguay ante Portugal, y le dije, ‘no me felicités, acá pasa esto, esto y esto en Uruguay’.

¿Infantino no sabía?

No sabía. Y le dije, ‘vos entraste hace un año y medio a FIFA para cambiar al corrupción pasada, para cambiar la economía, bueno, te tengo que decir que en un país chiquito, que es el mejor del mundo en esto, pasa exactamente lo mismo’.

¿Qué te respondió?

Fuimos al hotel, me presentó a su secretario, que fue el que vino a Uruguay y me dijo que ese mismo día iban a empezar a investigar. Nos pidieron informes. Cuando sucedió lo de Valdez nos llamaron y nos dijeron que mandáramos un documento firmado que los jugadores querían un nuevo Estatuto para ser parte de la AUF para que no vuelva a pasar que US$ 3,5 millones son más de US$ 24,5 millones ni renovaciones ocho años antes, que es la única manera, porque siempre a la fuerza no iba a poder ser. Lo que se estaba planteando con el nuevo Estatuto como ya funcionaba en Europa, en Francia, Italia, Alemania, Inglaterra. No inventamos nada tampoco.

Con los jugadores en el gobierno del fútbol.

Sí, claro. Le dije, 'dame lo que funciona en el primer mundo, porque lo que lo precisamos es lo que ocurre en el primer mundo'. Luego se sumaron los jueces a ese pedido, también OFI. Entonces fue todavía mucho más fácil. Fue realmente así. Ni más ni menos.

A vos te acusaron en ese momento de haber denunciado ante FIFA la situación de Uruguay.

Sí. Y fue así como te lo estoy contando. ¿Para qué? Justamente para hacer una AUF democrática y realmente integrada. Porque antes había 12 presidentes que manejaban el fútbol uruguayo. La AUF no está hecha para que 12 presidentes lo manejen, está hecha para desarrollar el fútbol uruguayo. La selección no puede ser manejada por un presidente de un club que le debe dinero a un empresario y por culpa de eso, yo como jugador de selección tuve que ir a un Mundial (Brasil 2014) con la AUF denunciando a Comebol, que es el organismo principal y en vez de defenderme me iba a matar y le dieron dos años de suspensión a Luis Suárez. ¡Una locura! Todo mal hacíamos. Todo mal. De la A a la Z. Y yo como capitán lo veía y lo sufría. Y lo mínimo que podía hacer era intentar cambiar algo para el futuro. Fue realmente así.

Repasamos lo que ocurrió en los últimos 15 años hasta llegar a este presente diferente al de 2010. ¿Y ahora? ¿Cuál sería tu rol?

Gracias a esos activos que hicimos regresar a la AUF y gracias a una asamblea más democrática donde participamos los jugadores, los jueces y OFI, elegimos un presidente que tenía nuestra mentalidad en tema de de derechos de TV, que pasaba exclusivamente por entrar más activos para el futuro. El resto es política, y no me interesa el tema. En ese tema Nacho siempre nos planteó qué pensábamos nosotros, entonces le dimos el voto de confianza. Le dejamos a Nacho una Asamblea en la que tenía mayoría y fondos en la AUF para no ser dependiente económicamente. Entonces, con fondos, Nacho pudo ayudar a equipos de la B, por ejemplo, con ese fondo para el salario mínimo, para que los equipos no tuvieran necesidad de firmar antes para recibir un adelanto. Eso fue fundamental. Así fuimos llegando a este momento, en el que con todo lo que dije anteriormente, con todo lo que hicimos, igual fue un parto y Nacho tuvo que hacer malabarismo, demostró ser un dirigente muy preparado, con mucha capacidad política que nosotros no tenemos. Y así y todo fue dificilísimo. Imaginate si el monopolio era fuerte y si habría también gente involucrada, porque cuando un monopolio es tan fuerte es porque hay mucha gente involucrada.

¿Cuál es el desafío a partir de ahora?

Seguir creciendo. Primero, no olvidar el pasado para no repetir los mismos errores, porque mañana no puede una empresa equis a hacer lo mismo que hizo Tenfield. Somos también responsables de no permitirlo. Intentar que se logren los mayores ingresos posibles, poner reglas claras para que esos ingresos vayan al fútbol, mejores estructuras, estadios, canchas, salarios de los jugadores, medicina deportiva. Exactamente lo mismo que ha hecho todo el mundo en los últimos 30 años. Por eso nos han pasado que a nivel de clubes nos cuesta competir, y también a nivel de selección.

Vos fuiste un combatiente de primera línea en estos 20 años, ¿ahora tu rol va a transcurrir por el mismo camino o brindarás el espacio a las nuevas generaciones para que aprovechen todo este legado que de alguna manera construyeron para llegar a un nuevo escenario?

No, el jugador ahora tiene voz y voto dentro de la AUF, tiene conocimiento. Es parte del negocio porque a través del mecanismo de imagen es socio de la AUF en este producto. Siempre quiere lo mejor. Creo que ya dejamos un panorama muy claro para que los que vienen atrás lo cuiden y lo mejoren. Porque siempre hay que mejorar, siempre el mundo va cambiando. Nosotros nos peleamos por la imagen hace 15 años. Johan Cruyff hacía eso en 1974. Hoy ya se habla de datos personales, cuánto corrés, cuánto saltás, si eso se vende, si esto otro no. Ya estamos en otra dimensión. Nosotros peleamos por cosas prehistóricas, pero que nos sirvieron para dar vuelta a esta historia.

¿Dejás las armas?

Nunca tuve armas. Nunca tuve armas. ¿Me viste alguna vez insultar a alguien, amenazar a alguien, en estos 15 años? Mirá para atrás, siempre tuve la misma postura. Con la verdad no ofendo ni temo. Y otra cosa también, una frase que siempre uso: el líder no toma el poder, sino que el líder lo devuelve. Y lo que hicimos fue devolverle el poder a la AUF, con una asamblea más democrática, de gobernar el fútbol uruguayo. Y después, allá adentro se discutirá en la institución, se pelearán o nos pelearemos, haremos cosas mejores o peores, pero dentro de un ámbito institucional que es indispensable para una mejora continua y duradera en el tiempo.

La designación de Pedro Bordaberry en la crisis de 2018-2019

Lugano finalmente abordó aquellos meses tras el Mundial de Rusia 2018, cuando FIFA intervino la AUF para que se votara un nuevo Estatuto.

"Cuando FIFA intervino la AUF para regular el Estatuto, precisamos un interventor. Era un momento caliente de la AUF, porque los presidentes estaban en contra, obviamente Tenfield, la prensa de Tenfield y también el gobierno estaba muy a favor. La FIFA nos pidió personas capaces de gestionar asambleas y que tuvieran capacidad de trabajar sobre el Estatuto. Querían a alguien con personalidad. Llamé a Bauzá, a (Ricardo) Alarcón y hasta (Héctor) Lescano y por diferentes motivos todos descartaron la opción. Realmente se empezó a complicar porque había mucha presión interna, mucha gente no quería agarrar, porque tenían miedo. Entonces empecé a preguntar a personas amigas del fútbol, de la política y del periodismo también, a quien veían en Uruguay con esa capacidad. Y tres o cuatro personas diferentes, todas de confianza, me nombraron a Pedro Bordaberry. Yo no lo conocía. Entonces un sábado de tarde, pedí el teléfono, lo llamé, ‘acá habla Diego Lugano, tengo un problema, preciso alguien que nos ayude a hacer esta transformación de Estatutos y asambleas, no lo conozco a usted pero mucha gente me habló muy bien de su personalidad, que no le debe nada a nadie, que es abogado’. Entonces me dijo, 'dejame pensarlo un poco, me gustan los desafíos, aunque esto es más complicado que la política'. Y ahí empezó.

Cuando vos decís yo hice tal cosa, vos asumís un rol…

Es verdad. La culpa la llevaba solo yo. La gente que está internamente la sabía, me había metido en un baile del que no podía salir.

"En esa época éramos un demonio, pero estaba bien lo que estábamos haciendo, estábamos democratizando y hacer que esto funcione de la mejor manera posible. Siempre con el apoyo de todos los compañeros. Yo ponía la cara". "En esa época éramos un demonio, pero estaba bien lo que estábamos haciendo, estábamos democratizando y hacer que esto funcione de la mejor manera posible. Siempre con el apoyo de todos los compañeros. Yo ponía la cara".

¿Pasa por tu cabeza ser presidente de la AUF?

Ni a mi mayor enemigo le deseo eso.