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El entrenador de Portugal Simmon Mannix, que será rival de Los Teros en la Copa del Mundo 2027, calificó a Uruguay como un equipo con “pedigree, muy físico y confrontativo”, y elogió el trabajo colectivo que tiene gracias al Super Rugby Américas.

Teros y Lobos quedaron emparejados en el grupo E del Mundial tras el sorteo realizado este miércoles, junto a Irlanda y Escocia.

“Estoy encantado con la serie, me hubiese gustado tener a Nueva Zelanda”, dijo Mannix, kiwi de nacimiento. “Es motivante, es una experiencia que los jugadores no olvidarán”, dijo en conferencia de prensa en la que participó El Observador.

De todos modos fue cauto en cuanto a objetivos, y dijo que no se fija metas de resultados. "Nuestro objetivo tiene que ser preparar a los jugadores lo mejor posible. Ponernos objetivos hoy sería tonto, estamos muy lejos. Estamos encantados de competir y queremos competir lo mejor posible”.

“Es un desafío enorme y tenemos que estar a la altura. Estamos esperando que se definan los partidos de la Nations Cup 2026. No tendremos tanto tiempo a los jugadores. Será un año muy importante para el rugby de Portugal, con el Rugby Europe Championship y la Nations Cup”.

Respecto a Uruguay, destacó el acceso que tiene a sus jugadores durante toda la temporada, gracias que juegan por la franquicia de Peñarol el Super Rugby Américas, y que debe negociar menos con los clubes europeos que Portugal, que tiene a sus figuras en clubes de Francia.

“Uruguay tiene pedigree de Copa del Mundo, como lo mostró su victoria ante Fiji en 2019, comparable a la de Portugal en 2023. Será un rival muy físico y muy confrontativo. Son un equipo muy organizado, tienen mucho acceso a sus jugadores. Cuando vinieron (en noviembre) parecían un equipo jugaba junto durante mucho tiempo. En noviembre no jugamos bien pero fuimos muy competitivos y jugaremos de nuevo en 2026”, dijo.

Consultado por El Observador sobre cuánto de lo que se vio en la victoria 26-8 de Los Teros en noviembre se podrá repetir en 2027, Mannix aprovechó para expresar las diferencias de preparación que hay entre ambos seleccionados. “En noviembre tuvimos 3 semanas juntos con el equipo. No tenía eso desde febrero. Uruguay jugó 10 partidos en el año. El rendimiento ante Canadá fue muy extraordinario, con Hong Kong no fue tan bueno pero le ganamos a un equipo mundialista. Quizás si hubiésemos jugado con Uruguay al final de la ventana hubiese sido diferente. Tenemos que lograr reencauzar nuestro proceso de selecciones, y estoy encantado con el apoyo que estamos teniendo de parte de la Federación para eso”.

Sobre por qué el Portugal de 2025 está tan lejos de la versión de 2023 que fue la revelación del Mundial, Mannix lo achacó a lo que calificó como un “agujero negro” que quedó entre la salida del técnico mundialista, el francés Patrice Laguisquet, y su llegada. “No puedo juzgar lo que pasó. Sé que lo que encontré al llegar era un agujero negro en términos de sucesión. Tuvimos que reconstruir el plantel y todos los procesos. Por eso no tiene sentido hablar de resultados, estamos en una fase de desarrollo, perdimos 10 jugadores después de 2023. Nos fue muy difícil poder juntar nuestros jugadores, planificar partidos sin saber qué jugadores tendríamos. Ha sido todo muy difícil. Pero estamos empezando a reconstruir, el staff ha trabajado muy bien, pensamos que vamos en una buena dirección, quizás no en el que la gente espera”.

Tras la salida de Laguisquet, Portugal trajo a un triunvirato integrado por el argentino Daniel Hourcade y sus compatriotas Esteban Meneses (exDT de Los Teros) y Rodolfo Ambrosio (actual entrenador de Uruguay). Tras llegar a la final del Rugby Europe Championship, Portugal le ofreció el cargo a Meneses pero tras su negativa (decidió ser director de rugby de la Unión Argentina) optó por Mannix.

"Es muy atractivo ir al Mundial. Pero más atractivo es el desarrollo juvenil que estamos trabajando. Si hubiésemos planificado bien 2023 no hubiésemos caido en ese agujero negro que encontramos, que me frustró mucho y del que estamos saliendo. Nos están haciendo mejorar y vamos a ser muy competitivos en 2027. Tenemos que clasificar a 2031 y si vemos los rendimientos de los europeos juveniles el camino es bueno”.

“¿Si me preguntan si en el largo plazo quiero trabajar con un grupo chico de jugadores para 2027? No, quiero performar en el nivel más alto que podamos pero también desarrollar talento juvenil, tener todo alineado con los jugadores de Francia, que se preparen bien físicamente, tener nuestra inteligencia rugbística en orden y formar un equipo del que todos estén orgullosos”, agregó.