Una red silenciosa que protege a quienes protegen: 280 policías certificados como Consejeros de Pares
El Ministerio del Interior entregó diplomas a 280 policías capacitados como Consejeros de Pares, una red humana clave para detectar y acompañar situaciones de estrés, violencia doméstica, consumo problemático y riesgo de suicidio dentro de la fuerza. “Son los que están ahí… los que se dan cuenta antes que nadie que el compañero se está empezando a aislar”, expresó el Dr. Enrique Smerdiner, destacando el rol vital de estos consejeros como primera escucha y contención. El programa, iniciado en 2012, ya supera los 400 consejeros en todo el país y se consolida como una herramienta central para derribar estigmas y promover el acceso a la ayuda en salud mental dentro de la policía.
En una ceremonia sobria y simbólica, el Ministerio del Interior hizo entrega de diplomas a 280 policías de todo el país que culminaron su formación como Consejeros de Pares, un programa que se ha convertido en uno de los pilares silenciosos de contención emocional y prevención de crisis dentro de la institución policial.
La figura del consejero de pares es singular: no es psicólogo, no es médico, no es oficial especializado —es un policía, igual que los demás, formado para ser la primera escucha empática y confiable cuando un compañero atraviesa situaciones límite. Su rol se construye desde la cercanía y la credibilidad: “ellos están ahí”, como subrayaron varias autoridades durante el acto.
El Director Nacional de Sanidad Policial explicó el origen y la razón de ser del programa iniciado en 2012: detectar a tiempo las dificultades que atraviesan los policías, en un ámbito donde —por cultura, prejuicio o temor al estigma— pedir ayuda suele vivirse como un signo de debilidad. Este sistema busca precisamente romper ese muro invisible: normalizar la vulnerabilidad y habilitar el pedido de ayuda.
Durante la ceremonia, el Dr. Julio Rappa destacó que el modelo no es periférico ni experimental:
no está confinado a Montevideo ni al Hospital Policial, sino que tiene un alcance verdaderamente nacional, involucrando jefaturas del interior y direcciones de todo el territorio. No se trata de un protocolo, sino de una cultura organizacional que se está gestando: la cultura de cuidar internamente a quienes cargan con un peso cotidiano de alta demanda emocional.
Por su parte, el Director del Departamento de Salud Mental, Dr. Enrique Smerdiner, fue directo al núcleo:
el consejero de pares ve antes que nadie lo que el resto no nota. Percibe el aislamiento repentino, el silencio que pesa, el gesto que cambia, la mirada que se apaga. Y si actúa a tiempo —escuchando, sosteniendo, orientando— puede desactivar tragedias antes de que emergan. Sus palabras revelan una verdad profunda: la prevención en salud mental funciona mejor cuando llega desde alguien cercano y confiable.
La relevancia de esta política se sostiene en cifras: hoy Uruguay supera los 400 consejeros en funciones, y seguirá ampliándose, según confirmó la coordinadora de la Unidad de Estrés, la psicóloga Karina Cuitiño. Lo que se está construyendo no es solamente un recurso humano, sino un tejido emocional interno: una red de presencia, vigilancia saludable y apoyo mutuo.
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