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El Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas logró una conquista histórica en el Consejo de Salarios.
Tras años de lucha y negociación con la Liga de Amas de Casa, se acordó la creación de categorías laborales para el sector, que comenzarán a regir en marzo de 2026. Las nuevas categorías serán tres:
🔹 General — limpieza, orden y mantenimiento del hogar.
🔹 Cocina — preparación de alimentos.
🔹 Cuidados — atención a niños, adultos mayores y personas con necesidades especiales.

Uruguay se convierte así en el primer país de América Latina en lograr esta clasificación por vía sindical.
La presidenta del SUTD, Laura Rivero, celebró el acuerdo y lo calificó como “un reconocimiento a décadas de militancia y al trabajo invisible de miles de mujeres”.

Escribe Robert Santurio

Durante décadas, las trabajadoras domésticas de Uruguay pelearon contra una forma silenciosa de desigualdad. En un país que fue pionero en muchos derechos laborales, el reconocimiento pleno de su tarea seguía siendo una deuda pendiente. Hoy, tras años de persistencia, el Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD) logró una conquista histórica: el reconocimiento de categorías laborales en el Consejo de Salarios, un reclamo que lleva más de una década sobre la mesa.

El acuerdo, alcanzado con la Liga de Amas de Casa, comenzará a regir en marzo de 2026 y establece tres categorías:

  • General: limpieza, orden, lavado, planchado, mantenimiento del hogar y mandados.
  • Cocina: preparación y gestión de alimentos.
  • Cuidados: atención directa a niños, personas mayores o con necesidades especiales.

El logro convierte a Uruguay en el primer país de América Latina en obtener este reconocimiento a través de la negociación colectiva sindical, un hecho inédito incluso a nivel regional. En Argentina, por ejemplo, las categorías se instituyeron mediante una decisión legislativa, no fruto de la negociación entre partes.

Una lucha que viene de lejos

“Esto es histórico, y no vamos a cansarnos de valorar que lo logramos gracias a la lucha sindical”, afirmó Laura Rivero, presidenta del SUTD, en declaraciones al Portal del PIT-CNT.
Rivero recordó que el reclamo formal comenzó en 2013, aunque sus raíces se remontan mucho más atrás: “Tuvimos compañeras que a fines de los 80 se presentaron ante el Parlamento para reclamar una ley de trabajo doméstico. Allí ya planteaban la necesidad de establecer categorías. Esa también forma parte de la rica historia de este sindicato”.

Con emoción, Rivero agradeció a “todas las militantes del país, de Montevideo y del interior, de Bella Unión, Melo, Maldonado, Tacuarembó, Salto, de todos lados”, y también al Instituto Cuesta Duarte, en particular a la economista Alejandra Picco y a la abogada Vanessa Bustamante, que acompañaron el proceso de negociación.

De la invisibilidad al reconocimiento

Hasta hace pocos años, el trabajo doméstico —uno de los sectores más feminizados y precarizados del país— carecía de derechos básicos. Su historia es también la historia de la lentitud del reconocimiento social, de la invisibilidad estructural de un oficio indispensable para la vida cotidiana, pero ausente de las estadísticas, los convenios y los discursos oficiales.

El reconocimiento de categorías implica un cambio simbólico y material: redefine la jerarquía interna del sector, establece niveles de remuneración diferenciados y, sobre todo, otorga dignidad profesional a una tarea históricamente desvalorizada.

“El acuerdo fortalece el marco laboral y visibiliza la diversidad de funciones que realizamos. No todas las tareas son iguales, ni exigen el mismo nivel de responsabilidad. Ahora eso queda reconocido”, subrayó Rivero.

La memoria como punto de partida

La presidenta del sindicato no olvida a quienes abrieron el camino: “Las pioneras que desarrollaron un camino de militancia sindical, las que ya no están, las que sufrieron y sufren, las que siguen dando pequeñas batallas cotidianas… por todas ellas estamos orgullosas de esta conquista histórica”.

Detrás de cada logro hay historias personales de esfuerzo y resistencia. Mujeres que trabajaron sin contrato, sin seguro, sin descanso, y que aun así sostuvieron hogares ajenos mientras luchaban por derechos propios.

Una referencia regional

Con esta conquista, Uruguay vuelve a marcar el paso en materia de derechos laborales con perspectiva de género. No es casual: el país fue también el primero en ratificar el Convenio 189 de la OIT sobre trabajo doméstico.

La categorización, además de fijar estándares salariales, permitirá mejorar la formación profesional, regular los cuidados y definir responsabilidades laborales, ámbitos en los que el sindicato busca seguir avanzando.

“Lo que logramos no es solo un cambio en las planillas, es un cambio en la mirada”, dice Rivero. “Somos trabajadoras, no ayudantes. Y nuestro trabajo merece respeto, reconocimiento y derechos”.

En el eco de esas palabras resuena una verdad sencilla y poderosa: detrás de cada casa ordenada, hay una historia de dignidad que por fin empieza a ser reconocida.

Autor: ROCHAALDIA.COM

Fuente: Foto Portal PITCNT