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En una ciudad donde las historias de esfuerzo suelen quedar escondidas entre el ritmo cotidiano, la de Santiago Hernández De León, un joven rochense que acaba de recibirse como rematador, irrumpe como una señal potente de que la educación pública sigue siendo un puente real hacia el trabajo y la profesionalización.

Santiago culminó el curso técnico terciario de Rematador en la Escuela Técnica Francisco De Los Santos (UTU Rocha), una formación que combina normativa jurídica, tasación, comercialización y prácticas profesionales. No es un título menor: habilita a desempeñarse en un rubro históricamente asociado a trayectorias laborales más largas, donde la experiencia muchas veces pesa tanto como el conocimiento técnico.

Pero este logro también dice algo más profundo. Habla de la capacidad de la UTU para abrir oportunidades donde antes parecía haber solo caminos estrechos. En tiempos en que el mercado laboral exige cada vez más especialización, la formación técnica vuelve a demostrar que es un motor de movilidad social, especialmente en el interior del país.

Con la discreción de quien entiende que los procesos colectivos importan tanto como los personales, Santiago se convierte en uno de los nuevos referentes jóvenes dentro de un oficio clave para la actividad comercial, inmobiliaria y productiva del departamento. Su incorporación aporta aire fresco a un sector donde la renovación generacional avanza a paso lento.

Su familia destaca la  dedicación, su compromiso para sostener el ritmo académico y su interés en profesionalizarse en un rubro que exige rigor, transparencia y responsabilidad. 

En Rocha, donde la economía local se mueve entre el comercio, la producción y un sector inmobiliario en expansión, el arribo de un nuevo profesional no es un dato menor. Es una noticia que habla de identidad, de pertenencia y de futuro. Que un joven rochense, formado en una institución pública del departamento, incremente la oferta profesional disponible también fortalece al entramado social y económico de la región.

Mientras muchos celebran su logro, Santiago ya piensa en lo que viene: seguir capacitándose y abrirse camino en un oficio que hoy lo recibe con los brazos abiertos. Y aunque su herramienta será un martillo de rematador, su historia demuestra que también sirve para algo más: golpear la puerta del futuro para que se abra de par en par.

Autor: ROCHAALDIA.COM