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En una resolución de carácter excepcional y de alto impacto ecológico, el Ministerio de Ambiente autorizó este viernes la apertura artificial de la barra arenosa de la Laguna Garzón, una medida que busca detener el avance de las cianobacterias que, según informes oficiales, ya cubren “gran parte” del espejo de agua.

La decisión, firmada por el subsecretario Óscar Caputi, habilita a la Intendencia de Rocha a intervenir entre el 22 y el 25 de noviembre, en una ventana operativa definida por técnicos ante el deterioro acelerado de la calidad del agua.

Un ecosistema bajo presión

El Ministerio advirtió que la floración de cianobacterias “tiende a sostenerse e incrementarse” por las condiciones meteorológicas actuales, lo que vuelve imprescindible una acción que interrumpa ese ciclo.
 

La apertura busca desagotar agua dulce hacia el océano, arrastrando nutrientes acumulados y permitiendo el ingreso de agua salada. Ese intercambio es clave para modificar la salinidad del sistema y restablecer un equilibrio que la laguna perdió en las últimas semanas.

Este mecanismo —histórico en lagunas costeras pero utilizado cada vez con mayor cautela por su sensibilidad ambiental— provoca una renovación parcial del cuerpo de agua, reduciendo la concentración de nutrientes que alimentan la proliferación de algas tóxicas.

Un precedente que reabre el debate

La medida toma relevancia en un contexto de creciente presión sobre las lagunas costeras del este, amenazadas por la eutrofización, la expansión urbana y el impacto acumulado de las actividades humanas en sus cuencas.
La presencia masiva de cianobacterias en Garzón, además de degradar la calidad del agua, tensiona la dinámica del turismo, la pesca artesanal y la conservación paisajística que la zona mantiene como sello de identidad.

Si bien la resolución es presentada como un recurso puntual, fuentes técnicas consultadas por Rochaaldia advierten que este tipo de intervenciones, aunque necesarias, no sustituyen las políticas de fondo para reducir el ingreso de nutrientes y la presión sobre el sistema.

Una señal política y técnica

Ambiente remarcó que la autorización responde a informes científicos recientes y que la decisión se basa en la urgencia sanitaria y ecológica del episodio.
La Intendencia de Rocha, por su parte, deberá ajustar la ejecución a los tiempos y protocolos establecidos, garantizando que la apertura no genere impactos adicionales en la franja costera.

La Laguna Garzón, uno de los sistemas más emblemáticos del país por su biodiversidad y su fragilidad, vuelve así a ocupar el centro del debate nacional sobre cómo gestionar ecosistemas cada vez más sensibles y sometidos a presiones crecientes.

 

Autor: ROCHAALDIA.COM