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En la asamblea de ADEOM Rocha realizada este jueves en el estadio Samuel Priliac, un hecho silencioso pero profundamente simbólico atravesó la jornada: Héctor Pereyra Chury, uno de los dirigentes sindicales más influyentes de los últimos años, anunció que se retira de la primera línea de lucha.

Lo dijo sin estridencias, con la serenidad de quien ha dado todas sus batallas:
“Voy a seguir siendo socio del sindicato, voy a seguir concurriendo a la sede en Rocha… pero mi carrera activa militante sindical ya fue”, declaró a Rochaaldia.com. 

Con este gesto, Pereyra Chury cierra un ciclo de más de una década en el corazón del movimiento sindical municipal, luego de presidir la directiva del Sindicato de Empleados y Obreros Municipales de Rocha durante tres periodos (2018/2020 y 2022). Pero su legado se extiende mucho más allá de cargos o firmas: pertenece a la generación de dirigentes que puso el cuerpo cuando ya no quedaban herramientas.

Una huella imborrable: la huelga de hambre que cambió la historia

A casi diez años de la huelga de hambre de 2015, su nombre sigue inevitablemente ligado a una de las acciones más extremas, recordadas y valientes en la historia sindical del departamento.

El 15 de diciembre de 2015, en un contexto de precariedad y desgaste laboral, tres funcionarios de ADEOM —Andrés De Los Santos, entonces presidente del sindicato; Héctor Pereyra Chury; y Julio “Lobo” Fernández— tomaron una decisión límite: iniciar una huelga de hambre en reclamo de mejoras salariales y condiciones dignas para la familia municipal.

No fue un gesto simbólico. Fue un sacrificio real.

Mientras la clase política observaba con distancia, la comunidad rochense se conmovió al ver a tres trabajadores dispuestos a poner en riesgo su salud para exigir dignidad. Aquella imagen —cuerpos debilitados, convicción firme, días que se volvían interminables— quedó grabada en la memoria colectiva del departamento.

Pereyra Chury lo recuerda con claridad y sin dramatismos:
 

“La historia nos dio la razón. Sin esa etapa, hubiéramos perdido salario en este quinquenio. Este aniversario es un recordatorio del sacrificio realizado y del legado de resistencia que sigue vigente, inspirando a futuras generaciones a defender sus derechos laborales con firmeza”.

La huelga de hambre no solo sacudió al gobierno de entonces: marcó un antes y un después en la negociación colectiva municipal, instalando una nueva sensibilidad social frente a las condiciones laborales de quienes hacen funcionar la estructura del departamento.

Un retiro que no es ausencia, sino legado

La decisión anunciada en la asamblea de Chuy no significa un alejamiento total, sino una transición. Pereyra Chury seguirá vinculado al sindicato como socio, como apoyo, como memoria viva de una época donde la lucha era, literalmente, cuestión de vida y salud.

Su paso al costado llega en un contexto donde ADEOM continúa negociando con el Ejecutivo departamental, y donde las nuevas generaciones deben tomar las riendas de un movimiento que aún enfrenta desafíos profundos.

Pero detrás queda una figura clave:

  • Un dirigente que defendió salarios cuando parecía imposible.
  • Un trabajador que arriesgó su cuerpo para que otros tuvieran mejores condiciones.
  • Un referente respetado incluso por quienes no compartían sus métodos.
  • Un símbolo de resistencia, coherencia y compromiso.

Un cierre de etapa con la dignidad de quien nunca especuló

En un tiempo donde la dirigencia suele estar marcada por la fugacidad o la conveniencia, el retiro de Héctor Pereyra Chury destaca por algo inusual: honestidad histórica. No espera homenajes. No busca protagonismo. No reclama aplausos. Simplemente cierra una puerta para que otros abran la próxima. Y lo hace con la humildad de quienes entienden que la lucha sindical no pertenece a un nombre, sino a una causa.

Hoy, ADEOM Rocha pierde un soldado de primera línea.
Pero Rocha gana un referente cuya historia seguirá inspirando a generaciones de trabajadores municipales.

 

Autor: ROCHAALDIA.COM