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En La Coronilla, efectivos policiales participaron de un taller de RCP impulsado por COMERO, en el marco de las instancias de formación en primeros auxilios. Funcionarios de la Seccional 2ª, 5ª, 9ª, la Brigada Rural y la Jefatura de Zona III reforzaron sus conocimientos para actuar ante emergencias. Estas capacitaciones buscan fortalecer la respuesta inmediata y promover una comunidad más segura y preparada.
Desde COMERO reafirmaron su compromiso con la formación continua y el trabajo conjunto en beneficio de todos. 

Escribe Robert Santurio

En el balneario La Coronilla, un grupo de efectivos policiales cambió por unas horas su rutina de patrullaje por una instancia de aprendizaje decisiva: un taller de reanimación cardiopulmonar (RCP) orientado a mejorar la respuesta ante emergencias.

Participaron funcionarios de la Seccional 2ª, 5ª, 9ª, la Brigada Departamental de Seguridad Rural y la Jefatura de Zona III, en una jornada que no solo aportó conocimiento técnico, sino también conciencia colectiva.

La iniciativa, impulsada por COMERO, forma parte de un ciclo de capacitaciones en primeros auxilios que viene recorriendo distintos puntos del departamento. Su propósito es claro: formar a quienes están en la primera línea de respuesta, pero también sembrar cultura preventiva en toda la sociedad.

Aprender para actuar

Cada minuto cuenta cuando una vida está en riesgo. Por eso, la formación en RCP no es un trámite administrativo, sino una herramienta que multiplica las posibilidades de supervivencia en casos de paro cardiorrespiratorio o accidente grave.

“Fortalecer las capacidades de respuesta inmediata salva vidas, pero también construye comunidad”, sostienen desde COMERO. La entidad reafirma así su compromiso con la formación continua y la cooperación interinstitucional, convencida de que la salud no depende solo del sistema médico, sino también del nivel de preparación social ante la emergencia.

Una red que protege

La capacitación en La Coronilla no fue un hecho aislado: representa una política de formación descentralizada, donde el conocimiento se vuelve un bien público.
Policías, médicos, docentes o vecinos: cada uno puede ser el primer eslabón en la cadena que evita una tragedia.

En un contexto donde las emergencias pueden suceder en cualquier lugar —una ruta, una escuela, un hogar—, estar preparado es una forma de cuidar al otro.

Rocha vuelve a demostrar que la prevención no se declama, se construye: con educación, con compromiso y con trabajo conjunto entre instituciones.

 

Autor: ROCHAALDIA.COM