La Tribuna del Agro: La reforma del Estado con más músculo, menos grasa y más políticos estadistas
La Tribuna del Agro en El Observador: "Precisamos un Estado con menos grasa y músculos fuertes, que gaste menos y dé resultados aceptables para todos en los servicios que solo el Estado puede ofrecer", expresó Luis Romero Álvarez al presentar su nueva columna, que trasladamos a continuación.
La reforma del EstadoPor Luis Romero Álvarez (fms.com.uy), especial para El Observador
Tabaré Vázquez en su primera presidencia de la República la llamó “la madre de todas las reformas “; no la pudo ni empezar, como tampoco pudo aprovechar el TLC que George Bush le ofreció en bandeja.
José Mujica dijo que debíamos hacer la reforma a la neozelandesa... yo pensé para mí: “Pero a este hombre nadie le explicó cómo fue esa reforma, porque si supiera no diría ni muuuu”; tal cual, nunca más mencionó el tema.
Danilo Astori dijo fuerte y claro que sobraban 70.000 a 80.000 empleados públicos cuando eran menos de 300.000. Ahora que son más de 300.000 los empleados públicos... parece que no sobra ninguno.
El ministro Gabriel Oddone dijo que no tiene mandato para bajar el gasto público, pero tenía mandato claro para no subir impuestos y lo hizo, así que... ¿lo del gasto público que no se intenta bajar (sino que sube $ 140 millones) es porque se piensa que está bien así y que mejor siga subiendo?
Por alguna razón, todo nuestro sistema político dejó de hablar de la Reforma del Estado, que es cada vez más imprescindible y cuyo obvio primer paso es poner el tema sobre la mesa y no barrerlo bajo la alfombra.
Llegó la hora de hablar claro en este país si queremos tener una chance de dejarles a nuestros hijos y a nuestros nietos un buen lugar para vivir, si no se irán a buscar mejores horizontes.
El Estado "gasta muchísimo y no da resultados"El Estado tiene demasiada grasa, gasta muchísimo y no da resultados mínimamente aceptables en rubros decisivos como la educación, la seguridad, el servicio de justicia, etcétera.
Precisamos un Estado con menos grasa y músculos fuertes, que gaste menos y dé resultados aceptables para todos en los servicios que solo el Estado puede ofrecer y que son claves especialmente para las personas económicamente más desfavorecidas.
Hacer este cambio, imprescindible porque el Estado está gastando por encima de sus posibilidades y tomando cada vez más deuda, se llama hacer la Reforma del Estado.
No solo se trata de bajar el número de empleados públicos (que sin echar a nadie bajan 15.000 por año) y eso representa entre 1.500 y 2.000 millones de dólares por año cuando hayan bajado los que pedía Astori, sino que se deben desarmar las máquinas que pagamos todos y reciben pan para producir trigo (destruyen valor), como es perder 100 millones de dólares por año produciendo azúcar; cerca de 30 millones por año produciendo portland y suma y sigue.
"Zorritos que viven a costilla de nuestros gallineros"Además, se trata de sacar zorritos que viven a costilla de nuestros gallineros, currando con protecciones en todos los rubros de consumo más básico y encareciendo la vida de todos los uruguayos en su provecho propio.
Arreglar esto es lo mismo que dar un aumento de sueldo del 30% de una para todos los trabajadores.
Hay que mirar la realidad de frente y llamar a los problemas por su nombre.
Aquí tenemos un problema innegable de exceso de gasto público de baja productividad y malos resultados para la gente.
Exceso de gasto y alto déficit fiscalPor culpa de ese exceso de gasto, tenemos un alto déficit fiscal, pese al infierno tributario en que vivimos (para tener una idea aquí pagamos más por patentes, contribuciones inmobiliarias, IVA o impuesto a la renta que en países europeos o en Estados Unidos).
El alto déficit fiscal trae como consecuencias un aumento del endeudamiento nacional y fuerte atraso cambiario, lo que produce pérdida de competitividad, lo cual genera baja rentabilidad de las empresas, lo que acarrea baja inversión y por ende bajo crecimiento y poca creación de nuevos puestos de trabajo.
Todo está relacionado, pero todo nace con el exceso del gasto público.
Obviamente precisamos políticos con categoría de estadistas que le digan a la gente la verdad, que propongan soluciones aunque sean tragos amargos que se deben tomar.
Las personas no son tontas, entienden y aprecian cuando alguien dice la verdad, aunque duela, y explique lo que hay que hacer, aunque requiera sacrificios.
Si no creen, miren para el lado de Javier Milei.
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