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El miércoles 22 de octubre, mientras en Presidencia se preparaban para anunciar el inicio del camino para rescindir del contrato con Cardama, en el Ministerio de Economía negociaban minuto a minuto con inversores de todo el mundo las condiciones de una millonaria colocación de deuda. Ese día, el gobierno completó su programa de fondeo en el mercado internacional con la emisión de un nuevo bono global en pesos nominales con vencimiento en 2035, por el que se colocaron US$ 1.250 millones, y la reapertura de un título en dólares con vencimiento en 2037 por US$ 500 millones. No fue una operación más: en esa jornada Uruguay consiguió las tasas más bajas desde que el país accede a los mercados internacionales, tanto en el tramo en moneda nacional como en el estadounidense.

El MEF planeaba convocar en la tardecita una conferencia de prensa en Colonia y Paraguay. Allí, sus autoridades —encabezadas por el ministro Gabriel Oddone— anunciarían los resultados de la exitosa operación, que reafirmó la confianza de los inversores en la estabilidad macroeconómica, la solidez institucional y la continuidad de las políticas fiscales y monetarias. Sin embargo, no hubo micrófonos ni cámaras, porque el horario central de ese día quedó reservado para la conferencia donde el presidente Yamandú Orsi junto con Alejandro Pacha Sánchez y Jorge Díaz en Torre Ejecutiva realizó el anunció que desató la polémica.