José Pereyra, director social del BPS, cuestiona la reforma previsional y reclama una reestructuración total
El director social del Banco de Previsión Social (BPS) por el sector empresarial, José Pereyra, lanzó en Lascano una de las críticas más duras contra el sistema de seguridad social uruguayo: “El sistema ya falló: hay que poner una bomba y empezar de nuevo”.
Sus declaraciones, realizadas en diálogo con comerciantes y en entrevista con la Nueva Radio Lascano, apuntaron directo al corazón del modelo previsional: un esquema que, según dijo, se sostiene sobre una presión fiscal insoportable, reparte recursos en rubros ajenos a la seguridad social y ofrece prestaciones injustas, con jubilaciones de miseria para unos y beneficios indebidos para otros.
Pereyra no se limitó a cuestionar la reforma recientemente aprobada. Fue más allá: denunció que el BPS funciona como “un monstruo burocrático” con atención deficiente, trámites lentos y un sistema poco transparente donde los uruguayos desconocen cuánto cobrarán y a qué edad podrán jubilarse.
“De cada 100 pesos que un trabajador genera, 50 se los lleva el Estado entre IVA, aportes a salud y seguridad social. Así no se puede seguir”, sostuvo. Y añadió que la seguridad social consume entre un cuarto y un tercio de todo el presupuesto nacional: “Se gastan millones en cosas que nada tienen que ver con la seguridad social. ¿Qué prefiere un jubilado: turismo social una vez al año o un aumento digno en su jubilación?”.
El jerarca también señaló la falta de fiscalización y la escasez de inspectores, lo que deriva en inequidades flagrantes: “Mientras personas con discapacidades graves no acceden a las prestaciones que necesitan, otros sin justificación sí las obtienen”.
En esa línea, anticipó que junto a otros representantes sociales prepara una propuesta alternativa, con foco en priorizar a los más vulnerables y devolver transparencia al sistema: “La gente quiere algo que le ilusione, que le muestre que se puede hacer mucho mejor”.
Finalmente, Pereyra despejó cualquier especulación electoral: “Estamos vedados por la Constitución a hacer política y, además, asumimos el compromiso de no presentarnos a la reelección”.
Con un diagnóstico brutal, el director del BPS colocó en la agenda pública la pregunta incómoda: ¿parches sobre un modelo agotado, o una reforma de raíz que parta de cero?
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